Obesidad: ¿genética o medio ambiente?


¿Qué hace que engordemos? La obesidad está siendo un desafío para los sistemas sanitarios de todo el mundo, y lo será aún peor en el futuro.
Un grupo de científicos de las universidades de Liverpool y de Exeter debatieron sobre este problema, algunos afirmaron que las causas son principalmente genéticas y otros que se debían a factores medioambientales.
Veamos las conclusiones.






Causas genéticas

Los que se inclinaban por la teoría genética presentaron algunos estudios de gemelos y de personas adoptadas que muestran consistentemente que la variación en el índice de masa corporal tiene un fuerte componente genético, que los efectos estimados son  de hasta el 70% de prevalencia.
Las investigaciones también demuestran que las personas con dos copias de un gen asociado con la obesidad, el gen FTO, son en promedio, más obesos que los que llevan dos copias de la versión protectora.
Un estudio reciente de más de 200 mil personas mostró que la variante FTO tenía un efecto más fuerte en las personas sedentarias que en aquellos que realizaban alguna actividad física regularmente, mientras que los estudios de actividades físicas en escolares sugieren que la educación no es, en realidad, tan importante como lo creíamos, afirmaron.

“A pesar de que las variaciones del ADN, explican, son sólo una pequeña parte de la variación en el índice de masa corporal, proporciona la prueba  de que los factores genéticos influyen sobre los factores ambientales”, aseguran los investigadores.
 En conclusión, dicen, los factores genéticos influyen de forma sustancial en la escala de índice de masa corporal en una población determinada en un momento dado, y se están acumulando pruebas de que estos factores genéticos pueden operar en gran medida a través del control del apetito.


Factores ambientales

Si bien otro grupo de científicos reconoce el papel de la genética en la regulación del peso corporal,  argumentan que el fulminante aumento de la obesidad observado en los últimos 30 años no puede ser debido a cambios genéticos.
Por el contrario, la evidencia de que el entorno ha cambiado es contundente, dicen.
 Señalan la reciente caída en el costo de comida muy calórica, junto a la exitosa promoción de la industria de alimentos, y una disminución de la actividad física debido a los cambios en el transporte, la tecnología, etc. y el entorno ‘obesógeno’ actual como factores clave para la epidemia de obesidad.
Será importante identificar las causas genéticas de los casos raros que se puedan tratar, dicen.
Sin embargo, los cambios en el entorno alimentario y físico van a ser esenciales si queremos tener un impacto significativo en la epidemia actual de obesidad.

Abogan  por un enfoque radical,  el respaldo de una sólida legislación que tenga influencia en la producción y comercialización de alimentos con alto contenido de grasa, y asegurar que el ambiente construido y los sistemas de transporte están diseñados para fomentar una vida activa.
En resumen, dicen que la obesidad es un trastorno complejo con causas tanto genéticas como ambientales.
El factor predominante es el medio ambiente y los cambios en el medio ambiente serán  esenciales si queremos hacer frente este problema.