Durante las últimas décadas, prácticamente todos los centros de tratamientos de adicciones han estado reportando un aumento desmesurado de personas adictas a los opioides. Los opioides son medicamentos para el dolor, que incluyen la morfina, la oxicodona, la metadona, la codeína, el fentanilo y la hidrocodona.
Estos fármacos analgésicos son fuertemente adictivos y aún
cuando se prescriben correctamente, pueden ser peligrosos. Por ejemplo, la Academia Americana
de Neurología (AAN) recomienda la terapia con opioides sólo como parte de un
enfoque multimodal para la gestión específica de un dolor severo, pero no
recomendables para enfermedades crónicas tales como dolores de cabeza, dolor de
espalda o fibromialgia. En un documento publicado en “Neurology” (la revista
oficial de la AAN )
advierte que los efectos secundarios relacionados con los opioides generalmente
superan a los beneficios, excepto en condiciones cancerosas crónicas.
En otra parte del mismo artículo expresa que la revisión de
un conjunto de investigaciones mostraron que, mientras que los opioides pueden
proporcionar un alivio al dolor en el corto plazo, no hay evidencia sustancial
de que su uso alivie el dolor durante períodos prolongados. Por otra parte, los
datos de estos estudios indican que el 50% de los pacientes que consumen
opioides durante al menos tres meses, todavía están consumiendo estos fármacos
cinco años después. Su uso prolongado aumenta considerablemente el riesgo de sobredosis,
dependencia o adicción, pero no mejora el alivio del dolor.
Sólo en Estados Unidos, desde fines de los años 90 (momento
en que cambiaron las políticas en ese país y se permitió el uso de opioides en
tratamientos de largo plazo) a la fecha, más de 100 mil personas han muerto por
el uso de opioides recetados.
Por lo general, la muerte por sobredosis de opioides ocurre
en el hogar y sólo una mínima parte (alrededor del 1%) son intencionales.
Es importante saber que hay terapias eficaces para aliviar
el dolor sin el uso de drogas de alto riesgo. Por ejemplo, la terapia
cognitiva-conductual, la acupuntura, la terapia de manipulación espinal, el
entrenamiento estructurado y la meditación. Todas estas técnicas han demostrado
ser moderadamente efectivas en el tratamiento del dolor crónico. Si bien no
todos los tratamientos son eficaces para todo el mundo, al menos son baratos y
por sobre todo: no son adictivos. Sin duda que vale la pena intentar con alguno
de ellos.
Si bien es verdad que no existen tratamientos completamente efectivos
para el dolor crónico, tampoco los hay para el abuso de opioides. Sin dudas que
lo mejor es consultar las diferentes opciones con un profesional de la salud,
antes de que usted pase a ser parte de las estadísticas de adictos
a estos fármacos.