Tratando la depresión entrenando la amígdala

Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pittsburgh y publicado en el “American Journal of Psychiatry”, informa que los síntomas depresivos pueden ser sustancialmente disminuidos con el entrenamiento de la amígdala, una región del sistema límbico cerebral que está muy involucrada en la regulación de las emociones. 

cerebro

Investigaciones anteriores habían demostrado que la actividad de la amígdala se aminora en las personas deprimidas, en comparación con las personas que no padecen depresión.

Durante la última década, las técnicas de neuroimagen funcional han avanzado hasta el punto de que es posible medir aumentos o disminuciones de la actividad cerebral en tiempo real.
En este estudio, los autores utilizaron una técnica llamada neurofeedback para demostrar que los individuos pueden entrenar su amígdala.


El Neurofeedback, también llamado 'retroalimentación electroencefalografía', se basa en el registro y análisis automático de la actividad eléctrica del cerebro. Estos parámetros se muestran al individuo y tiene por objeto el enseñar a modificar selectivamente determinados parámetros de la actividad cerebral. Es decir, está destinado a la adquisición de autocontrol sobre determinados patrones de actividad cerebral y la aplicación de estas habilidades en las actividades de la vida diaria.


La investigación

Participaron del estudio 33 adultos con trastorno depresivo mayor moderadamente grave. Ninguno estaba siendo tratado con antidepresivos. El análisis consistió en cuatro visitas: Durante la primera, los participantes completaron varias evaluaciones clínicas y de autoinforme de depresión y ansiedad, así como una prueba de memoria autobiográfica. Este conjunto de evaluaciones se repitió en cada visita posterior.
Cinco días después de la primera visita, los participantes completaron la primera sesión de entrenamiento de neurofeedback, y una semana después, completaron una segunda sesión. Durante la cuarta visita 6 días después, los participantes completaron las evaluaciones una última vez.

Al inicio del estudio, los participantes se dividieron en dos grupos que tenían puntuaciones casi idénticas en las diversas escalas de depresión. Un grupo (18 individuos) recibió neurofeedback de la amígdala; El otro grupo (15 individuos) recibió neurofeedback de una región de la corteza parietal que no está involucrada en la regulación emocional.

Una semana después de la primera sesión de neurofeedback, los participantes del grupo de entrenamiento de la amígdala mostraron disminuciones en las puntuaciones de depresión en comparación con las puntuaciones de referencia.
Hacia el final del estudio, las disminuciones en los síntomas depresivos fueron aún mayores en este grupo y se asociaron con el aumento de la actividad de la amígdala además de una recuperación positiva en la memoria. 12 de 18 participantes experimentaron una disminución de más del 50% en los puntajes de depresión y 6 cumplieron criterios para la remisión (definido como reportar muy pocos síntomas depresivos). Sólo dos participantes deprimidos que recibieron el tratamiento en la corteza parietal demostraron disminuciones del 50% en las puntuaciones depresivas y sólo 1 remitió.

Quedan muchas preguntas importantes: ¿Más sesiones darán lugar a un mayor porcentaje de personas que responden y que logran la remisión? ¿Cuánto duran los efectos antidepresivos? ¿Pueden las sesiones de entrenamiento ocasionales (de refuerzo) prevenir la recaída? ¿Puede la gente practicar el método en ausencia de retroalimentación para sostener mejoras?

Actualmente, esta técnica requiere que un individuo sea entrenado durante varias horas utilizando equipo de imagen funcional costoso. Sin embargo, si investigaciones adicionales confirman la eficacia a largo plazo de este enfoque, es muy probable que se desarrollen métodos más asequibles.

Estos hallazgos preliminares apoyan de nuevo la idea de que la investigación científica básica, que examina regiones específicas del cerebro, puede proporcionar una manera de desarrollar nuevos tratamientos clínicos.


Referencia:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28407727


El papel que juega la dopamina durante las migrañas

Alrededor del 15% de la población mundial sufre de migrañas, que conllevan un dolor de cabeza intenso, así como también una mayor sensibilidad a estímulos generalmente no dolorosos del medio ambiente, un fenómeno conocido como alodinia. A diferencia del dolor asociado con la inflamación, se cree que la alodinia no ofrece ninguna ventaja protectora o utilidad biológica.


migraña


Investigaciones recientes sugieren que las personas con migrañas experimentan cambios cerebrales en los ganglios basales y otras regiones cerebrales. En los ganglios basales el neurotransmisor dopamina ayuda a modular el dolor. 
En un estudio publicado este mes en la revista “Neurology” un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan amplió estos resultados y descubrió que las personas con migrañas experimentan fluctuaciones en los niveles de dopamina en el cerebro.


¿Qué es la dopamina?

La dopamina es un neurotransmisor sintetizado a partir del aminoácido tirosina. A través de una serie de reacciones enzimáticas, la tirosina se convierte primero en levodopa, luego en dopamina, luego en norepinefrina y finalmente en epinefrina.

La dopamina puede ser inhibitoria o excitadora dependiendo de qué receptores se activan. Dicho neurotransmisor desempeña muchos papeles, incluyendo los siguientes:

  • Cognición
  • Comportamiento
  • Dormir
  • Estado anímico
  • Movimiento voluntario
  • Aprendizaje
  • Sistema de recompensas
  • Motivación
  • Percepción (si algo llama la atención)
  • Dolor
  • Analgésico

Los autores del estudio utilizaron una tomografía por emisión de positrones (PET scan) para examinar los niveles de dopamina en ocho pacientes con migrañas episódicas y ocho controles sanos. Las exploraciones PET son un tipo de prueba en la que se utiliza una sustancia radiactiva o un trazador para demostrar cómo funcionan los órganos y tejidos del cuerpo.
  

Estos son algunos de sus hallazgos:

a) Los resultados de los escáneres PET indicaron que una caída en los niveles de dopamina ocurre durante un ataque de migraña en reposo y durante la alodinia, cuando estímulos inocuos provocan dolor.
b) Los niveles de dopamina aumentan cuando se aplica calor en la frente, además también tienden a aparecer síntomas de alodinia.
c) Entre los episodios de dolores de cabeza, los participantes con migrañas experimentaron niveles de dopamina comparativamente estables.
d) Cuanto más tiempo una persona ha tenido ataques de migraña, menos dopamina basal se libera durante la fase de dolor.


¿Qué podrían significar estos resultados?

Los resultados apoyan la hipótesis de que las migrañas son una condición periódica. Durante las migrañas, se produce hipersensibilidad sensorial. En períodos de hipersensibilidad, los estímulos no dolorosos, como el tacto ligero, la música, las voces y la luz solar, se vuelven intolerables y dolorosos.

Según los investigadores, una disminución de los niveles de dopamina durante los ataques podría hacer que las personas con migrañas sean más sensibles a estímulos no dolorosos como olor, luz solar, tacto ligero y sonido. Debido a este aumento de sensibilidad, por lo general se perciben como dolorosas las señales nerviosas benignas que se envían desde la piel, los vasos sanguíneos y los músculos.

"Esta reducción de dopamina y su fluctuación en el cerebro durante el ataque de migraña está anunciando que algo no va bien internamente", dicen los autores, "y que necesita tiempo para sanar forzándola a reducir la actividad, esto se puede lograr yendo a una habitación oscura y evitar cualquier tipo de estimulación cerebral".

Cuando los participantes estaban en reposo durante un ataque de migraña, la aplicación de calor en la frente precipitó la alodinia y causó niveles de dopamina muy altos. Este pico intensificó el dolor, las náuseas y los vómitos, empeorando así los síntomas de la migraña. En el momento en que los participantes experimentaron este pico, sus receptores de dopamina podrían haber estado particularmente sensibles y, una vez estimulados, exacerbaron los síntomas de la migraña.


Mirando hacia adelante

Aunque se necesita hacer más investigación para confirmar estos resultados y aprender más, estos hallazgos podrían contribuir a nuestra comprensión del tratamiento basado en la dopamina, así como el comportamiento del paciente durante un ataque de migraña.
Actualmente, se cree que los antagonistas de dopamina, tales como droperidol y metoclopramida, son un complemento eficaz y un tratamiento adicional para la migraña.
Curiosamente, la migraña se ha asociado a trastornos con deficiencia de dopamina incluyendo la enfermedad de Parkinson y síndrome de las piernas inquietas.



Referencia:
http://ns.umich.edu/new/multimedia/videos/24711-brain-scans-show-dopamine-levels-fall-during-migraine-attacks


Lo que hay que saber sobre el uso de ketamina como antidepresivo

Durante los últimos años, una creciente evidencia ha indicado que la ketamina puede tener efectos antidepresivos rápidos, pero de corta duración, cuando se administra por vía intravenosa. Este efecto es a menudo notable y normalmente disminuye en, aproximadamente, una semana. Por lo general, los antidepresivos de uso corriente tardan varias semanas en hacer efecto. El hecho de que la ketamina funcione tan rápidamente ha llevado a nuevas investigaciones que diluciden los mecanismos subyacentes de sus propiedades antidepresivas.


ketamina depresión


La ketamina ya está aprobada en varios países, pero para un uso como anestésico. Las dosis usadas para la anestesia son considerablemente más altas que las que se estudian para tratar la depresión. La ketamina tiene una serie de efectos secundarios, incluyendo la disociación (como las experiencias fuera del cuerpo), alucinaciones, delirios y agitación. También puede causar deterioro cognitivo, además de volverse adictiva.

Debido a que la ketamina ya está aprobada en muchos países, los médicos pueden eventualmente prescribirla para condiciones distintas de aquellas para las cuales está específicamente aprobada. No es raro que los medicamentos se utilicen para estas condiciones "fuera de etiqueta". Muchos pacientes no responden a tratamientos convencionales para la depresión y están desesperados por nuevos procedimientos. Sin embargo, muy pocas pruebas existen para guiar a los médicos en la búsqueda de la manera de sostener los beneficios a corto plazo de la ketamina. Esta falta de información se extiende al uso del fármaco en forma repetitiva. Además, existen efectos secundarios potencialmente significativos, tanto en su utilización a corto plazo como en el uso reiterado. A pesar de estas preocupaciones, hay un número creciente de médicos que están dispuestos a administrar ketamina a personas que sufren de depresión resistente al tratamiento. De hecho, en Estados Unidos varias clínicas anuncian abiertamente el uso de ketamina para casos de depresión.

Una reciente declaración del Consejo de la Asociación Americana de Psiquiatría  publicada en "JAMA Psychiatry" aconseja precaución con respecto al uso de ketamina en tratamientos para la depresión. Este grupo de trabajo recomienda que los médicos realicen una revisión exhaustiva de la historia psiquiátrica y médica previa de un individuo antes de administrar ketamina con el fin de evaluar mejor la relación riesgo-beneficio del tratamiento. Por ejemplo, dado el potencial de abuso, los pacientes con antecedentes de trastornos por la utilización de drogas pueden estar en mayor riesgo de desarrollar un trastorno por uso de ketamina.

Debido a los efectos de la administración de ketamina por vía intravenosa, los autores recomiendan monitorear el estado físico y mental del paciente durante e inmediatamente después de administrarla, además de tener procedimientos en el lugar para manejar complicaciones cardiovasculares o respiratorias. Los médicos también deben estar familiarizados con las maneras de manejar a los pacientes que hayan tenido cambios de comportamiento, incluyendo agitación severa. Ellos recomiendan una documentación cuidadosa de los síntomas depresivos actuales y un seguimiento cercano de los síntomas a lo largo del tiempo.

Además, los autores sugieren revisar los posibles efectos secundarios de la ketamina después de la administración frecuente y proponen que las evaluaciones de deterioro cognitivo, molestias urinarias y consumo de drogas se consideren cuando la ketamina se utiliza repetidamente. Señalan que hay pocos datos que tratan específicamente los efectos del uso repetido de ketamina en el tratamiento de la depresión.

Algunos médicos están usando caminos alternativos para administrar ketamina, incluyendo ingestión oral, inhalación intranasal e inyección intramuscular. Existen datos muy limitados acerca de la eficacia de estos otros métodos de administración o de los efectos secundarios agudos y de largo plazo asociados.

Cabe destacar que se está realizando una investigación sustancial de fármacos inspirados en la ketamina. Mucho más datos sobre su administración de largo plazo estarán disponibles durante los próximos años. Recomendaciones más definitivas sobre el uso de ketamina para la depresión en entornos clínicos deben esperar a la finalización de dichos estudios.


Referencia:
http://jamanetwork.com/journals/jamapsychiatry/article-abstract/2605202


Los bebés que conviven con mascotas son menos propensos a sufrir de ciertas enfermedades en la adultez


Convivir con mascotas puede enriquecer el microbioma del bebé, esto puede hacer que disminuyan las probabilidades de desarrollar ciertas patologías, desde asma hasta obesidad. 


bebé perro


Dos décadas de investigación han dejado en claro que los niños que crecen conviviendo con perros tienen tasas más bajas de asma. Muchos investigadores atribuyen este hallazgo a la hipótesis de higiene: la idea de que la exposición a un poco de suciedad temprana en la vida puede evitar enfermedades (sobre todo alérgicas) que pueden aparecer más adelante.

En 2013, un equipo de epidemiólogos pediátricos de la Universidad de Alberta (Canadá)  evaluó los diferentes microbios presentes en 24 muestras fecales de niños de 4 meses. 15 de los bebés vivían en casas con al menos un perro o un gato.

Los investigadores hallaron que los bebés que convivían con mascotas tenían una mayor diversidad de microbios en los intestinos que los bebés sin mascotas. Unas décadas atrás, estos hallazgos habrían sido motivo de alarma. Los microbios, se pensaba, que era mejor mantenerlos a raya. Una historia familiar de alergias podría, incluso, haber incitado a los médicos a aconsejar a los futuros padres a renunciar a la mascota de la familia. Pero ahora  se sabe que el sistema inmune se desarrolla junto con el microbioma intestinal, la comunidad de microorganismos que viven en el intestino.


La falta de exposición a los microbios es especialmente problemática en los países desarrollados, donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo en interiores. Los investigadores están comenzando a sospechar que los perros presentan una manera sana para que la gente fortalezca con seguridad el ambiente de un bebé.


La teoría

En los países desarrollados, la incidencia de enfermedades alérgicas y autoinmunes ha estado aumentando durante las últimas décadas. En 1989, David Strachan, un epidemiólogo de la Universidad St. George's, de Londres, halló que los niños que crecieron con más hermanos tenían tasas más bajas de fiebre del heno que aquellos que crecieron solos. Strachan, quien introdujo la hipótesis de la higiene, propuso que el aumento de las enfermedades alérgicas fue el resultado de ambientes más limpios provocados, en parte, por estándares más altos de limpieza personal.

Muchos investigadores han confirmado desde entonces que la exposición a un poco de suciedad (a través de hermanos, crecer en una granja o con alguna mascota) puede ser beneficioso e incluso evitar ciertas enfermedades. Por ejemplo, en 2015, los investigadores cuantificaron la reducción del riesgo de asma en niños que crecieron con perros. Los investigadores recorrieron los registros de niños nacidos en Suecia entre 2001 y 2010. De los 275.000 niños en edad escolar, los investigadores encontraron que los hijos de las familias propietarias de perros tuvieron un 14% menos de probabilidad de desarrollar asma que los niños que crecieron sin un perro.

Algunos investigadores sospechan que nuestra larga asociación evolutiva con los perros significó que los microbios humanos y caninos se pueden haber desarrollado en tándem. Es decir, el microbioma de un bebé que crece sin un perro (y de un cachorro creciendo sin un ser humano cerca) es, en cierto sentido, incompleto. 

Clasificar cómo los microbios del perro benefician a los seres humanos es difícil. Pero a esta altura es bastante consistente que el intercambio de bacterias no patógenas durante largos períodos de tiempo podría ser más común de lo que se piensa.


La investigación de Strachan

Strachan y su equipo compararon los microbios de la piel, la lengua e intestinos de 159 personas y 36 perros en 60 familias. Lo que encontraron fue que los microbiomas de la piel de las personas de las familias con al menos un perro eran más similares entre sí que los microbiomas de los miembros de las familias sin perro. En otras palabras, los perros estaban sirviendo como agentes de transferencia microbiana. Además, los dueños de perros tenían niveles más bajos de citoquinas inflamatorias que están implicadas en la depresión, demencia, diabetes, cáncer y enfermedad cardiovascular

Aunque hace falta más investigación, todo lleva a indicar que las mascotas hogareñas impactan favorablemente en los sistemas inmunológicos de las personas a través del microbioma.


Referencia:
http://aacijournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/1710-1492-9-15