La misteriosa sustancia que convierte a las abejas obreras
en reinas y llena los estantes de las tiendas de alimentos saludables podría
impulsar la cura para, por ejemplo, enfermedades neurodegenerativas, afirman
los científicos.
Si la jalea real tiene beneficios genuinos para los seres
humanos es un tema para más investigación, pero en este estudio los científicos
han resuelto uno de los enigmas más perdurables que rodean a este producto. Los
investigadores ahora están explorando nuevos tratamientos potenciales para
heridas, trastornos como la pérdida
muscular o la enfermedad neurodegenerativa.
Investigadores de la Universidad de Stanford descubrieron
que el principal componente activo de la jalea real, una proteína llamada
royalactin, activa una red de genes que refuerza la capacidad de las células
madre para renovarse. Esto significa que, con royalactin, un organismo puede
producir más células madre para reconstruirse y repararse.
"Tenemos una vía muy identificable a través de la cual
se llevan a cabo los efectos de la jalea real", dijo Kevin Wang, quien
dirigió el equipo de Stanford. "Tiene esta capacidad de mantener las
células madre en un estado de auto-renovación".
La jalea real ha intrigado a los científicos, ya que su
impacto dramático en el desarrollo de las abejas se hizo evidente. Pero sus
efectos en otros animales han despertado aún más interés. Estudios anteriores
han demostrado que la jalea real puede mejorar la vida útil de una variedad de
animales, desde gusanos nematodos hasta ratones. Por ejemplo, en el caso de los
ratones la proteína royalactin incrementó la capacidad de las células madre del roedor,
lo que sugiere que dicha proteína puede tener efectos biológicos en otras
especies.
"Nuestro trabajo explica por primera vez por qué la
jalea real de las abejas puede ser beneficiosa para otros organismos".
Los científicos se preguntaron si una proteína similar a la
royalactin de las abejas podría estar activa en los humanos. Después de buscar
en bases de datos científicas, encontraron una que tenía una estructura
similar. Dicha proteína llamada Regina está activa en las primeras etapas del
desarrollo del embrión humano, cuando se cree que aumenta el suministro de
células madre del embrión.
Según Wang, la proteína Regina podría introducir nuevos tratamientos
para los trastornos causados por la muerte de las células, como la enfermedad
de Alzheimer, la insuficiencia cardíaca y la pérdida muscular. El equipo ahora
está investigando la proteína con más detalle con la esperanza de encontrar
medicamentos que imiten su comportamiento en el cuerpo. Si se pudiesen
encontrar, podrían ayudar a los profesionales de la salud a regenerar los tejidos desgastados o
dañados de los pacientes al aumentar el suministro de células madre.
Wang cree que el proceso evolutivo que llevó a la royalactin
en las abejas se reflejó en otros organismos y dio origen a la proteína Regina
en los humanos. Debido a que las proteínas son similares en todas las especies,
producen algunos de los mismos efectos en diferentes animales.
Referencia:
https://www.nature.com/articles/s41467-018-06256-4
No hay comentarios:
Publicar un comentario