Un estudio publicado por la revista International Journal
of Epidemiology indica que las personas más altas son más propensas a sufrir
algún tipo de cáncer y las personas más bajas están más expuestas a padecer
enfermedades al corazón y ataques cerebrovasculares.
Más que un hallazgo es una confirmación, ya que esta teoría
venía siendo blanco de varios estudios en el pasado.
En este caso, una investigación recopiló 130 estudios, que
examinan la altura de 1,1 millón de personas y las causas de su muerte. Los
datos de dichos estudios son de personas nacidas entre 1900 y 1960.
Se fijó una altura media tanto para hombres como para
mujeres: la altura media para el sexo masculino sería de 173 centímetros y
para las damas de 163
centímetros .
El resultado de todo este trabajo indicó, que las personas
con estatura más baja que la media (tanto hombres como mujeres, no hubo distinción por sexo) son más propensas a morir de
problemas cardíacos, derrames cerebrales y enfermedades mentales, mientras que
las personas por encima de la media, tienen más probabilidades de morir de
cáncer.
En los ámbitos científicos, la altura siempre se ha
relacionado con la causa de muerte, ya que la estatura a menudo puede ser un
indicador de las condiciones de la infancia.
Factores genéticos, así como circunstancias sociales, de
nutrición o estrés durante la niñez, pueden ser factores que incidan en la
altura del individuo en la edad adulta.
Además de los factores socioeconómicos (fuertemente
vinculados con la altura de las personas), que también pueden ser un indicativo
de la futura talla del individuo.
En EEUU, una persona puede llegar a medir, en promedio, hasta 11 centímetros más,
sólo por el hecho de nacer en una familia de clase media-alta, en lugar de
nacer en el seno de una familia catalogada como clase media-baja.
Según los investigadores, las personas más altas suelen ser
más ágiles, porque tienden a practicar ejercicios físicos con mayor frecuencia,
además son menos fumadores, concretamente un 24% menos que las personas por
debajo de la media.
Como resultado de esto, promedialmente las personas por
encima de la media, tienen menos colesterol y presión arterial.
Los científicos concluyeron que las personas más bajas que
la media, tuvieron un 32% más de prevalencia de muertes por infarto al corazón
e infarto cerebrovascular.
Mientras tanto, las personas por encima de la media,
tuvieron una probabilidad de un 27% mayor de morir de cáncer; los autores del
estudio creen que el hecho de ser más altos, los hace tener órganos más grandes,
esto posiblemente sea la causa (al menos una) de porque los que estaban por
encima de la media fueron víctimas del cáncer en mayor proporción.