La hepatitis es una enfermedad en la cual se inflama el hígado, dicha inflamación se puede deber a muy variados factores: diversos virus, trastornos metabólicos, problemas genéticos, incluso la obesidad puede causar hepatitis. Demos un repaso sobre lo que hay que saber de esta enfermedad.
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es, como dijimos, una inflamación del hígado,
ésta puede ser debida a diferentes factores, aunque en la mayoría de los casos
el desencadenante es de origen viral.
El hígado es el encargado, entre otras cosas, de asimilar o
desechar del organismo distintos productos (nutrientes de los alimentos,
toxinas, medicinas, etc.). También es el encargado de sintetizar la bilis,
sustancia que se libera cuando comemos, para ayudar en la digestión. Así que
hagámonos una idea de la gravedad para nuestro organismo, si el hígado se daña,
producto de un proceso inflamatorio.
La hepatitis crónica puede durar por muchos años (incluso
toda la vida), en cambio la hepatitis aguda no tiene una duración más allá de
los seis meses.
Tipos de hepatitis
Hepatitis infecciosa: La hepatitis infecciosa, como su
nombre lo indica, es la que tiene un origen viral entre distintas personas.
Hay cinco corrientes infecciosas principales: el virus que causa la hepatitis
A, el virus de la hepatitis B, el virus de la hepatitis C, el virus de la
hepatitis D y el virus de la hepatitis E.
Hepatitis no infecciosa: No todos los casos de hepatitis
tienen su origen en virus. Esta enfermedad también puede ser causada por el
alcohol, productos tóxicos, medicamentos o sustancias químicas que son nocivas
para el hígado y lo inflaman. Un trastorno metabólico o un problema genético
también pueden causar hepatitis. Un daño hepático a causa de la obesidad igualmente
puede ser un desencadenante de esta enfermedad. Todos estos tipos de hepatitis
se denominan no-infecciosas, ya que no son por transferencia viral de una
persona a otra.
¿Cómo se contrae la hepatitis?
Hepatitis A: Es causada por el consumo de agua o alimentos
contaminados por el virus de la hepatitis A. Las relaciones sexuales también
pueden conducir a esta infección (sobre todo por vía oral y anal). Este virus
no da lugar a la hepatitis crónica y casi todas las personas con este virus se
recuperan.
Hepatitis B: El virus de la hepatitis B se transmite
fundamentalmente de tres formas: por transmisión sexual, jeringas infectadas o
sangre infectada en transfusiones. En el caso de las relaciones íntimas por el
contacto de fluidos corporales de una persona infectada. En el caso de las
jeringas, con el uso por parte de muchas personas de la misma jeringa
infectada. Este virus produce hinchazón en el hígado de la persona, esto le
puede causar un daño severo, en algunos casos puede derivar en un cáncer de
hígado. A veces la hepatitis B se transforma en crónica, eso quiere decir que
la persona permanece infectada por mucho tiempo o a lo largo de toda su vida.
Hepatitis C: Es causada por el contacto directo con la
sangre de la persona infectada, fundamentalmente a través de jeringas en personas
drogadictas, material no esterilizado en tatuajes, accidentes en el ámbito médico, etc.
En este caso también el hígado sufre una hinchazón.
Aproximadamente un 20% de los casos de hepatitis C derivan en cirrosis.
En las últimas semanas investigadores del Centro de Ciencias
de la Universidad
de Texas, pusieron a prueba un nuevo fármaco oral que parece ser muy prometedor
para este tipo de hepatitis.
Hepatitis D: Sólo afecta a personas que ya sufren el virus
de la hepatitis B. Relaciones íntimas desprotegidas, sangre infectada y
perforaciones de la piel son las causas más comunes. También se hincha el
hígado.
Hepatitis E: El consumo de agua con el virus de la hepatitis
E es una de las causas más comunes. También los fluidos corporales producto de
relaciones íntimas. En este caso la inflamación del hígado ocurre pero sin
consecuencias graves.
Hepatitis X: Cualquier infección en el hígado que no se
encuentra bajo las otras categorías ya mencionadas, recibe el nombre de hepatitis
X. Es la inflamación causada por un virus desconocido.
Síntomas
Generalmente en los primeros días de la enfermedad se pueden
observar los siguientes síntomas:
- Náuseas y falta de apetito
- Vómitos y diarreas
- Dolor de cabeza
- Molesta la luz
- Dolores musculares
- Fiebre
- Cansancio
Pasados los primeros días podemos ver algunos síntomas más
específicos:
- Orina oscura
- Dolor abdominal
- Heces de color extraño (muy pálida o muy oscura, consecuencia del trastorno hepático)
- Ictericia, piel de apariencia amarillenta, también se observa en la esclerótica del ojo
- Mal aliento y gusto amargo en la boca
Tratamientos
En el caso de la hepatitis A, la misma puede curarse sin
recibir ningún tratamiento específico, lo que más comúnmente se recomienda es
evitar el consumo de alcohol y los alimentos con grasas, además de reposo.
Para la hepatitis B, se aconseja seguir las mismas
recomendaciones que para el anterior caso, además existen algunos medicamentos
ya sea vía oral o inyectables, en algunos casos, la enfermedad no se cura del todo pero pueden mantener al virus bajo control por muchos años.
En el caso del la hepatitis C, es de subrayar que en los
últimos tiempos han habido avances fenomenales para este tipo de virus,
continuamente se vienen desarrollando numerosos medicamentos, que en muchos
casos permiten erradicar totalmente la enfermedad. Sin ir más lejos, como
mencionamos más arriba, en estas últimas semanas el Centro de Ciencias de la Universidad de Texas, puso
a prueba un nuevo medicamento que parece ser muy promisorio para esta variante
de la hepatitis.
Como consideraciones generales, para todos los tipos de la
enfermedad, es significativo que los individuos con hepatitis no consuman
fármacos ni cualquier otro producto sin previa consulta médica, ya que los
mismos pueden resultar nocivos para el hígado. Además es imprescindible
eliminar la ingesta de alcohol y seguir una dieta equilibrada, sana y sobre
todo muy baja en grasas.
Prevenciones
Algunas formas de prevenir la hepatitis ya la hemos
enumerado más arriba, pero nunca está de más tenerlas bien en claro:
- No consuma agua que no sea potable
- Relaciones íntimas con protección, sobre todo si es con personas que no sabe muy bien su estado de salud.
- Mucho cuidado con la realización de tatuajes, piercings, etc. asegurarse que los materiales estén debidamente esterilizados.
- No comparta jeringuillas, agujas, etc. utilizar material descartable o esterilizado. Los adictos deberían reclamar este material en distintos centros sociales.
- Existen vacunas contra la hepatitis A y B, muy recomendable para personal médico en riesgo, usuarios de drogas, personas que trabajan en condiciones insalubres, etc.