El potencial que tiene la grasa parda (también llamada grasa
marrón) para quemar calorías es bastante interesante. Sin embargo, además de la
pérdida de peso, esta grasa tiene otras considerables cualidades, por ejemplo,
para combatir la diabetes. Las personas con altos niveles de glucosa tienden a
tener menos grasa parda, en cambio, aquellas que tienen niveles normales de
glucosa poseen más grasa marrón. Lo que estaría indicando que esta grasa desempeña un papel directo en el control de la glucosa.
Recientemente, un grupo de investigadores encontró que una
proteína de la grasa marrón mejora el metabolismo de la grasa blanca. Cuando en
el laboratorio quitaron esta proteína a un grupo de ratones, estos comenzaron a
gastar menos energía, aumentaron de peso y muchos terminaron desarrollando
diabetes.
En otra investigación realizada en la Universidad de
Harvard, se transplantó una pequeña cantidad de grasa parda de un grupo de
ratones a otros que tenían niveles bajos de esta grasa. Después de ocho
semanas, los ratones que recibieron el transplante no sólo estaban más
delgados, sino que habían bajado sus niveles de glucosa en sangre y habían
reducido la resistencia a la insulina.
En un experimento posterior, los ratones transplantados que fueron
puestos bajo una dieta alta en grasas saturadas, tuvieron un menor aumento de
peso y un mejor control de la glucosa que un grupo placebo. Una prueba
adicional mostró que los ratones del grupo transplantado tenían niveles
elevados de diversas proteínas y otras sustancias que son esenciales para el
control de la glucosa en sangre.
No menos interesante es la posibilidad de que podamos ser
capaces de producir células adicionales de grasa parda en nuestro cuerpo. En un
estudio innovador, el mismo equipo de científicos de Harvard identificó las
células madre adultas que se convierten en grasa marrón y desarrollaron la
manera de extraer estas células y convertirlas en grasa parda. Estos investigadores
también están estudiando la llamada “grasa beige”, que difiere ligeramente de
la grasa marrón en su fisiología, pero que también quema calorías en forma muy
eficaz.
Como aumentar nuestros niveles de grasa parda
Mientras las personas se van haciendo mayores, suelen ganar
unos 4 a 5
kilos de peso por década. El hecho de quemar calorías gracias a una mayor
activación de la grasa marrón podría ser suficiente para revertir este aumento
de peso y ayudar a las personas mayores a mantener el peso corporal que tenían
cuando eran adultos jóvenes.
Por su influencia en al aceleración de la actividad
metabólica, la grasa parda también podría ayudar a combatir el desaceleramiento
metabólico que se produce cuando una persona comienza a hacer dieta, que es uno
de los grandes obstáculos para perder peso. Esto no quiere decir que la grasa
parda, por sí sola, puede llevar a las personas de un estado de obesidad a un
peso corporal ideal, pero la activación de esta grasa, si se combina con
ejercicio y dieta, podría hacer una gran diferencia en ayudar a mucha gente con
sobrepeso u obesidad a llegar a un peso saludable.
Expone la piel a temperaturas más frías
La manera más eficaz para activar la grasa marrón es exponer
su piel a temperaturas relativamente frías. Ocurre que las temperaturas frías
envían una señal al cerebro, que a su vez, actúa de dos formas diferentes para
estimular la actividad de la grasa parda. Por un lado, al actuar directamente
sobre el sistema vascular aumentando el flujo de sangre hacia las reservas de
grasa marrón, por otro lado, enviando impulsos nerviosos a las células de grasa
parda, lo que impulsa su actividad celular.
¿Cuán frío tiene que ser? Además de estudios realizados con
chalecos de agua a 14 °C ,
también se ha encontrado que estar en una sala a unos 15 °C durante dos horas con
ropa de verano estimulará la grasa marrón para quemar un extra de 100 a 250 calorías,
dependiendo del individuo.
Un equipo de investigación japonés expuso a dos personas a
una temperatura aún más suave, a 18
°C y halló que más de la mitad de los sujetos mostraron
signos de activación de grasa parda (en esta prueba los mejores resultados se
obtuvieron en personas menores de 38 años, en los mayores de esta edad la
efectividad bajó a la mitad).
También se puede activar la grasa parda vistiéndose más
ligero con tiempo fresco. Para aquellas personas que están dispuestas a
exponerse a temperaturas más frías, incluso ya existen chalecos refrigerados.
También se está investigando si la exposición de sólo una parte del cuerpo a
temperaturas frías (por ejemplo, una banda de enfriamiento en un brazo o
pierna) podría ser suficiente para estimular la actividad de la grasa marrón.
Un punto importante es que se puede aumentar la quema de
calorías durante la práctica de actividad física mediante la estimulación de
las reservas de grasa marrón, haciendo ejercicios físicos a unos 16 °C o menos. Que su piel
esté expuesta mientas hace ejercicio puede ser más beneficioso aún porque la
evaporación del sudor se suma al efecto de enfriamiento. Lo que no tiene que
hacer es tratar de aumentar la cantidad de sudor por el aumento de calor cuando
hace ejercicio, ya que un ambiente más cálido apaga la activación de la grasa
marrón.
Los alimentos que pueden activar la grasa parda
Aunque no hay evidencia firme de que algunos alimentos o
nutrientes específicos pueden activar la grasa parda, es interesante observar
que los radiólogos, que quieren reducir la actividad de la grasa marrón al
hacer exploraciones en pacientes con cáncer debido a que el calor generado por
la actividad de la grasa marrón hace que un tumor sea más difícil de observar,
recomiendan que los pacientes coman un alto contenido en grasas y poca cantidad
de hidratos de carbono antes de las exploraciones. Sobre la base de que esto
reduce la activación de la grasa parda, se sugiere que el bajo consumo de
grasas y un alto consumo de carbohidratos podría impulsar la actividad de la
grasa marrón. Además, estudios en animales han encontrado que el melón amargo
parece aumentar la actividad de la grasa marrón. Asimismo, el ácido ursólico
(una sustancia que se encuentra en buenas proporciones en la cáscara de las
manzanas) también parece que activa la grasa parda, además de mejorar la
tolerancia a la glucosa. Otros alimentos que contienen ácido ursólico son los
arándanos, ciruelas, pasas de uva, orégano, tomillo, lavanda, albahaca y hojas
de menta y espino.
Actividad física
Además de lo ya dicho más arriba sobre la actividad física y
el frío, también hay que saber que los estudios han encontrado que la irisina,
una hormona que el cuerpo produce cuando se hacen ejercicios físicos, trabaja
para convertir la grasa blanca en una variación de la grasa beige, que como
dijimos, es bastante similar a la parda.
Estos resultados muestran que tanto la grasa marrón como la
beige pueden quemar calorías y, aún más emocionante, que los dos tipos de grasa
se activan de manera diferente, una con temperaturas frías que inducen a que la
grasa marrón se active y la otra con ejercicio físico transformando la
grasa blanca en beige. Esto sugiere que es posible activar las grasas saludables para quemar calorías y así reducir la cantidad
de grasa blanca almacenada en el cuerpo.
Referencia:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3887508/
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