Dos estudios vinculan el autismo con la presión arterial alta y la diabetes durante el embarazo


Los niños nacidos de madres que tenían diabetes o hipertensión arterial durante el embarazo tuvieron un mayor riesgo de autismo, según estas investigaciones.


embarazada


El autismo se ha relacionado anteriormente con la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional, una afección temporal en la que la mujer desarrolla diabetes durante el transcurso de su embarazo.
Uno de los nuevos estudios confirma estos riesgos y amplía el vínculo con diabetes tipo 1 o juvenil, la forma más grave de la enfermedad. Los niños nacidos de mujeres con esta forma tienen el doble de riesgo de autismo que los nacidos de mujeres que no tienen ninguna forma de diabetes. Dichos hallazgos aparecieron publicados este mes en la revista JAMA.

Los mismos sugieren que los niños nacidos de mujeres con diabetes deben ser monitoreados de cerca por autismo, dice la investigadora principal Anny Xiang, directora de investigación de bioestadística en Kaiser Southern (California).
Otro estudio, publicado en junio en JAMA Psychiatry, los investigadores revisaron 61 informes sobre el vínculo entre las condiciones de desarrollo y los tipos de presión arterial alta, incluida la preeclampsia, una complicación del embarazo que involucra la hipertensión arterial.


En general, el nuevo trabajo sugiere que los niños cuyas madres tuvieron preeclampsia tienen un 50% más de riesgo de autismo.


"Parece haber alguna evidencia bastante sólida de que los trastornos hipertensivos en el embarazo están asociados con el autismo", dice Diana Schendel, profesora de salud pública y epidemiología en la Universidad de Aarhus en Dinamarca, que no participó en ninguno de las investigaciones.


El estudio

Xiang y sus colegas analizaron los registros médicos de 419.425 niños nacidos en hospitales del sur de California de 1995 a 2012. De ellos, 621 niños nacieron de mujeres con diabetes tipo 1.
Entre los 5,827 niños diagnosticados posteriormente con autismo, 19 tenían madres con diabetes tipo 1. Los investigadores estiman que los niños nacidos de mujeres con diabetes tipo 1 tienen más del doble del riesgo promedio de autismo. La diabetes tipo 2 aumenta el riesgo en aproximadamente un 45% y la diabetes gestacional antes de la semana 27 de embarazo en un 30%. La diabetes gestacional más adelante en el embarazo no tiene ningún efecto sobre el riesgo de autismo.
El equipo de Xiang controló las posibles variables de confusión, incluido el año de nacimiento y el sexo del niño, así como la edad materna, la educación, los ingresos, la raza y el historial de enfermedades crónicas.
El hallazgo de que la diabetes tipo 1 conlleva un mayor riesgo de autismo que otras formas sugiere que la gravedad de la afección puede influir en el riesgo, dice Xiang.
Las tres formas de diabetes tienen distintas causas, pero todas ellas provocan un alto nivel de azúcar en la sangre. Xiang dice que le gustaría explorar si los niveles de azúcar en la sangre controlan independientemente el riesgo de autismo.


Autismo y TDAH

En el otro estudio, los investigadores analizaron 61 estudios que relacionan la presión arterial alta materna con el autismo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y otras afecciones del desarrollo; 20 enfocados en el autismo y 10 en TDAH.
Combinaron los resultados de los 11 estudios de autismo más rigurosos y descubrieron que las mujeres con cualquier tipo de presión arterial alta durante el embarazo tienen un 35% más probabilidades de tener un niño con autismo. De los seis estudios centrados en la preeclampsia, todos menos uno muestran un aumento en el riesgo de autismo.


La presión arterial alta durante el embarazo también aumenta el riesgo de TDAH en un 29%.


"Estaba emocionada de ver el metanálisis y observar que tenemos al autismo y TDAH aquí juntos", dice Renee Gardner, profesora asistente de ciencias de salud pública en el Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, que no participó en ninguno de los estudios. Las dos condiciones a menudo ocurren juntas y comparten algunos factores de riesgo.


Referencia:
https://www.spectrumnews.org/news/study-ties-autism-maternal-high-blood-pressure-diabetes/


Una investigación halla un vínculo entre la hipertensión arterial y la enfermedad de Alzheimer


Los científicos han encontrado una asociación entre la presión arterial alta y los ovillos neurofibrilares en el cerebro que se ven en las personas con la enfermedad de Alzheimer.


hipertensión arterial Alzheimer


Caracterizada por la presión de la sangre contra las paredes de las arterias a una fuerza demasiado alta durante un período prolongado de tiempo, la hipertensión arterial es una condición común. Alrededor de 1 cada 3 adulos tienen presión arterial alta o hipertensión.
Para estudiar la relación entre la presión arterial alta y la salud cerebral, un grupo de investigadores de la Rush University Medical Center de Chicago estudiaron a 1288 voluntarios hasta que murieron. En promedio, cada individuo fue estudiado durante ocho años y murió a la edad de 89 años.

El equipo midió su presión arterial esporádicamente. A medida que los voluntarios iban muriendo, se realizaba una autopsia en sus cerebros (con su previo consentimiento) para verificar si había signos de envejecimiento cerebral, como ovillos neurofibrilares y niveles de placa beta amiloide que se cree juegan un papel en el desarrollo del Alzheimer. 
También buscaron lesiones cerebrales que están hechas de tejido muerto causado por un suministro sanguíneo bajo, algo que puede volverse más común a medida que envejecemos. Dichas lesiones pueden causar accidentes cerebrovasculares.


Los ovillos neurofibrilares son una aglomeración anormal de proteínas compuesta por pequeñas fibras entrelazadas dentro de las neuronas. 


Cuando los científicos y los médicos evalúan la presión arterial, usan dos medidas. Presión arterial sistólica de los vasos sanguíneos cuando el corazón se contrae, que debe ser de 120 mmHg o menos, y presión arterial diastólica, o entre latidos, que debe medir 80 mmHg o menos. (La abreviatura mmHg se refiere a “milímetros de mercurio”).

En promedio, los participantes tenían una presión arterial de 134/72 mmHg. Dos tercios de las personas tenían antecedentes de presión arterial alta, y el 87% tomaban medicamentos.

Las autopsias revelaron una asociación entre una presión arterial sistólica superior a la media en los años previos a la muerte de un individuo y el número de ovillos neurofibrilares en el cerebro. Los científicos, sin embargo, no encontraron el mismo vínculo con la placa.


Los datos indicaron que cuanto mayor es la presión arterial sistólica de una persona, mayor es el riesgo de desarrollar lesiones cerebrales. Una desviación estándar por encima de la presión arterial sistólica promedio, por ejemplo 147 mmHg frente a 134 mmHg, conlleva un riesgo 46% mayor de tener al menos una lesión cerebral. Un total de 48% de los participantes tenían, al menos, una lesión cerebral.


El efecto de esto fue el equivalente a nueve años de envejecimiento cerebral, dijeron los investigadores. Pero también encontraron que la disminución de la presión arterial sistólica conllevaba un menor riesgo de desarrollar lesiones cerebrales.


Cuando se evaluó la presión arterial diastólica, los investigadores encontraron que las personas con un aumento de una desviación estándar del promedio, por ejemplo, de 71 mmHg a 79 mmHg, tenían un riesgo 28% mayor de tener una o más lesiones cerebrales.


La conclusión fue la misma incluso cuando factores como el uso de medicamentos para la presión arterial se tuvieron en cuenta, anotaron los autores del estudio.
El Dr. Doug Brown, investigador de la organización benéfica Alzheimer's Society, dijo que tener hipertensión en la edad madura "aumenta el riesgo de demencia en etapas posteriores de la vida".
A medida que crece el número de personas que son diagnosticadas con Alzheimer, agregó, "tenemos que analizar todas las formas en que podemos reducir la posibilidad de contraer la enfermedad".
"El siguiente paso podría ser explorar los efectos del control de la presión arterial a un nivel saludable durante la mitad y la última etapa de la vida para ver si esto puede reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer".


Referencia:
https://neurosciencenews.com/alzheimers-blood-pressure-9559/