Para combatir el estreñimiento, dieta y ejercicio

Una de cada cinco personas tiene problemas de estreñimiento. Este trastorno es el doble de frecuente en mujeres que en hombres y el triple en ancianos. Además, el 40% de las consultas médicas de atención primaria que se hacen en los países desarrollados están relacionadas con problemas digestivos.



Los principales factores de riesgo son la inadecuada alimentación, la falta de ejercicio y lo que se conoce como la 'negligencia a la llamada', es decir reprimirse las ganas de ir baño".
No se suele ir por temor, en el trabajo algunas veces por vergüenza, otras por vagancia, por falta de tiempo... y esto supone un problema, tal como asienten los expertos.
Afirman, además, que apenas se bebe agua, y se desayuna poco y mal. No hay una dieta organizada ni unos hábitos de comida regulares. No comer legumbres, platos de cuchara, fruta o yogures y beber menos de cuatro vasos de agua al día tienden a aumentar el riesgo.  Actualmente se consumen promedialmente tan solo la mitad de la fibra recomendada. Especialmente, se consume poca fibra beneficiosa para el tránsito intestinal.
La falta de ejercicio físico es otro de esos factores. Nos gastamos dinerales en gimnasio pero no se trata de eso, se trata de hacer ejercicio diario, de moverse.
Por otro lado, a estos factores de riesgo, se le suma una causa: el gran e inadecuado consumo de fármacos. En los países desarrollados el consumo de fármacos se ha transformado en una verdadera adicción. Lo que supone un gran problema, porque esto sí constituye una verdadera causa, y no un factor de riesgo.
Las causas, como tal, que producen estreñimiento, además del mal consumo de fármacos son: la vida sedentaria, las enfermedades en generales y en particular las del aparato digestivo.

Como prevenir el problema
Se considera estreñimiento cuando hay menos de tres defecaciones por semana. En cuatro o cinco días el reflejo natural se pierde. Si esto ocurre, aconseja ir directamente al especialista.
Los hábitos saludables, empezando por la alimentación previenen el estreñimiento. Los médicos tienen que corregir formas de vida. 
Se piensa que fumar ayuda a que no aparezca este síntoma y que por el contrario comer muchos yogures estriñe. Pues bien, es totalmente falso, según explican los especialistas. Fumar mucho produce estreñimiento y comer yogures no lo crea.
"Comer bien es un placer. No solo se come bien para prevenir, sino porque es una verdadera satisfacción, que apunta además a la felicidad". La comida debe tener, según indican, color, sabor, nutrientes y fibra.
Los expertos coinciden en el mal hábito de cenar tarde. Por la mañana nos levantamos pronto y sin hambre, y se come cualquier cosa, por eso no hacemos un buen desayuno, que debe contener fibra. Pero tomar solamente fibra en nuestra alimentación tampoco es bueno. "La vida tiene que ser un equilibrio constante, y ésta tiene que estar también en su cantidad adecuada", informan los doctores. Una de las recomendaciones principales que indican es "adoptar un horario definido para poder evacuar". Lo mejor suele ser tras el desayuno o la comida del mediodía. No reprimirse.
Hacer ejercicio físico diario es otro de los aspectos fundamentales. "Caminar, ir andando a los sitios, bajarte del medio de transporte dos paradas antes, montar en bicicleta, o bailar", recomiendan los especialistas. En definitiva, el movimiento del día a día.

Lavarse los dientes protege al corazón


Las mismas bacterias que causan la formación de placa bacteriana en las encías, pueden pasarse de la boca al flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de un infarto.



Ésa conclusión es parte de una investigación presentada durante la conferencia anual de la Sociedad de Microbiología General, que se celebra en Nottingham, Inglaterra.
Según científicos británicos e irlandeses, esta bacteria -un estreptococo- deposita en la corriente sanguínea una proteína que forma coágulos e inflamación en las arterias que pueden bloquear el abastecimiento de oxígeno al corazón.
Desde hace tiempo se sabe que existe un vínculo entre los problemas de las encías y del corazón, pero hasta ahora no estaba claro si esto se debía a que una mala salud oral reflejaba el bienestar general de una persona.
A principios de este año, un estudio llevado a cabo en Escocia con más de 11.000 personas descubrió que quienes no se cepillaban los dientes dos veces al día tenían un mayor riesgo de enfermedades del corazón.
Ahora, los investigadores de la Universidad de Bristol, Inglaterra, y del Colegio Real de Cirujanos en Irlanda, creen haber encontrado la causa de este vínculo.

Arma de protección
Según el profesor Howard Jenkinson, quien dirigió el estudio, el estreptococo que se encarga de formar placa y provocar infecciones de la encía como gingivitis y periodontitis puede causar estragos si no se lo previene con la higiene dental regular.
"La mala higiene dental puede conducir a sangrado de las encías, lo cual ofrece a la bacteria una ruta de escape hacia la corriente sanguínea, donde puede iniciar la formación de coágulos que conducen a enfermedades del corazón", expresa el investigador.
El estreptococo vive comúnmente en la boca, confinado en comunidades llamadas biopelículas, las cuales son responsables de la placa dental y de infecciones como la gingivitis y la periodontitis.
Si se escapa de estas comunidades y entra en el torrente sanguíneo, la bacteria puede utilizar una proteína llamada PadA como un arma para forzar a las plaquetas de la sangre a unirse a ella y formar coágulos.
"Cuando las plaquetas se unen, pueden recubrir totalmente a la bacteria", explica el profesor Jenkinson.
"Esto le ofrece una capa protectora no sólo contra el sistema inmune, sino también de los antibióticos que se utilizan para combatir la infección".
"Lamentablemente, además de proteger a la bacteria, la unión de las plaquetas puede también causar pequeños coágulos, crecimientos en las válvulas cardíacas o inflamación de las arterias que pueden bloquear el abastecimiento de sangre hacia el corazón y el cerebro", agrega el investigador.

Importancia de la higiene
Según el profesor Jenkinson, este estudio muestra la importancia de una buena higiene dental.
"La gente necesita estar consciente de que, además de consumir una dieta equilibrada, controlar su presión arterial y sus niveles de colesterol y seguir un régimen de actividad física, también necesita mantener una buena higiene dental para minimizar el riesgo de problemas cardíacos", dice el científico.
El profesor Jenkinson y su equipo están ahora investigando cómo puede bloquearse la función de la proteína PadA, encargada de activar la unión de plaquetas.
"Este estudio eventualmente podría conducir a nuevos tratamientos para enfermedades cardiovasculares, que son las principales asesinas del mundo", expresa.
Otros expertos afirman que la investigación destaca la importancia de cepillarse los dientes dos veces al día, de restringir el consumo de alimentos y bebidas azucaradas y de visitar al dentista regularmente para mantener una buena salud oral.
Según Cathy Ross, portavoz de la Fundación Británica del Corazón, además de estos factores hay otros aspectos que pueden tener un gran impacto en el corazón.
"Una dieta sana, no fumar y tener un régimen de actividad física pueden tener un enorme efecto para ayudar a reducir el riesgo general de las enfermedades cardiovasculares".

Bebidas con azúcar, no tan dulces para el corazón


Las bebidas con alto contenido de azúcar vuelven a estar en el ojo del huracán. A la dudas que crean sus componentes y la demostración científica de que se relacionan con un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2, ahora se añade, en el caso de los hombres, el incremento de sufrir un 20% más de enfermedades cardiovasculares si se toma poco más de una lata al día.
Esta es la conclusión a la que llegan desde las páginas de 'Circulation', publicación de la Asociación Americana del Corazón de EEUU.




Según el estudio que recoge liderado por Frank B. Hu, profesor de Nutrición y Epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Harvard de Boston (EEUU), "este trabajo se suma a la creciente evidencia de que las bebidas azucaradas son perjudiciales para la salud cardiovascular".


Las evidencias

La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en los Estados Unidos. Los factores de riesgo incluyen la obesidad, el tabaquismo, la inactividad física, la diabetes y la mala alimentación; pero hasta ahora muy poco se sabía sobre el papel que jugaban las bebidas azucaradas en este peligroso cóctel.

Por ello, el equipo de Hu se dedicó a seguir los casos de cerca de 43.000 hombres, todos ellos dedicados a algún área de la Medicina, durante 22 años. Para que no se viesen los resultados influidos, se descartó a todos aquellos que ya tuviesen diabetes tipo 2 o algún tipo de enfermedad cardiovascular.

De 1986 a 2008, los participantes en este estudio tuvieron que someterse cada dos años a una serie de encuestas sobre sus estilos de vida, así como a un análisis de sangre. 
"Medimos lípidos y proteínas diferentes en la sangre, que son indicadores de una posible enfermedad cardiaca. Así, investigamos la proteína C-reactiva (PCR), los lípidos dañinos llamados triglicéridos o los lípidos buenos como las lipoproteínas de alta densidad (HDL)", comenta el profesor Hu.

"Lo que descubrimos fue que, en comparación con los que no consumían este tipo de refrescos, aquellos que bebían 12 onzas (355 mililitros) de bebidas azucaradas al día -una lata y poco más- tenían mayores niveles de triglicéridos y PCR, mientras que se mantenían bajos niveles de HDL". 
¿Y esto qué quiere decir? "Fundamentalmente con estos datos se muestra la relación entre las bebidas azucaradas y un mayor riesgo de sufrir un accidente cardiovascular", resume Hu. Y casos tuvieron para comprobarlo, pues en estas dos décadas de seguimiento, entre los participantes se dieron casi 3.700 casos de problemas cardíacos.
Por otro lado, las bebidas endulzadas artificialmente -es decir, aquellas que contienen menos azúcares, como las light- no parecen vinculadas a este aumento del riesgo.

Algo que los autores destacan en su estudio es que el crecimiento del riesgo se mantiene incluso después de controlar otros factores como fumar, la inactividad física, el consumo de alcohol y los antecedentes familiares de enfermedades del corazón. 
Esto no quiere decir que para cuidar la salud no se pueda tomar alguna que otra bebida azucarada. 
"El consumo menos frecuente -por ejemplo, dos veces por semana- no aumenta estas probabilidades", concluyen los investigadores.