Después de décadas de creer que las grasas saturadas de la
dieta estaban asociadas con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y
diabetes tipo 2, distintos meta-análisis de estudios observacionales recientes
han dado cuenta de que no hay tal asociación en adultos sanos. Es decir, la
creencia de que la grasa de los alimentos obstruye las arterias es simplemente
errónea.
Una revisión sistemática histórica y un meta-análisis de estudios
observacionales no mostraron asociación entre el consumo de grasas saturadas en
adultos sanos y:
1) mortalidad por todas las causas
2) cardiopatía coronaria
3) mortalidad por cardiopatía isquémica
4) accidente cerebrovascular isquémico
5) diabetes tipo 2
De manera similar, en la prevención secundaria de
cardiopatía coronaria, no hay beneficios en reducir la grasa, incluida la grasa
saturada. Es instructivo señalar que en un estudio angiográfico en mujeres
posmenopáusicas con enfermedad coronaria, una mayor ingesta de grasa saturada
se asoció con una menor progresión de la aterosclerosis mientras que el consumo
de carbohidratos y azúcares se asociaron con una mayor progresión.
Prevenir el desarrollo de la aterosclerosis es importante,
pero es la aterotrombosis el verdadero asesino. La mayoría de los eventos
cardíacos ocurren en sitios con más del 70% de obstrucción de la arteria
coronaria y éstos no generan isquemia (disminución o detención de la
circulación de sangre a través de las arterias) en la prueba de estrés. Cuando
las placas se rompen, la trombosis coronaria y el infarto de miocardio pueden
ocurrir en cuestión de minutos.
En comparación con el consejo de seguir una dieta baja en
grasa (37% de grasa), una dieta mediterránea sin restricciones energéticas (41%
de grasa) suplementada con al menos cuatro cucharadas de aceite de oliva extra
virgen o un puñado de nueces, tuvo una reducción de hasta un 30% de eventos
cardiovasculares en más de 7500 pacientes de alto riesgo.
Además, el meta-análisis demostró que la adopción de una
dieta mediterránea en la prevención secundaria mejoró los resultados duros para
el infarto de miocardio recurrente y la mortalidad por todas las causas, a
pesar de que no hubo diferencias significativas de LDL (lipoproteinas de baja
densidad) entre los dos grupos. Es el ácido alfa-linoleico, los polifenoles y
los ácidos grasos omega-3 presentes en los frutos secos, el aceite de oliva
extra virgen, las verduras y el pescado aceitoso lo que atenúan rápidamente la
inflamación y la trombosis coronaria. Ambas dietas de control en estos estudios
eran relativamente saludables, Es probable que se observen beneficios aún
mayores si se comparan las dietas mediterráneas discutidas anteriormente con
una dieta occidental típica.
El riesgo del colesterol LDL ha sido exagerado
Décadas de énfasis en la prioridad por bajar el colesterol
plasmático, como si esto fuera un fin en sí mismo y conducir al mercado hacia
el "efectivo para bajar el colesterol" y "bajo en grasa" de
alimentos y medicamentos, ha sido equivocado. Los informes selectivos pueden
explicar en parte esta idea errónea. El experimento coronario de Minnesota
revela que la sustitución de grasas saturadas por aceites vegetales que
contienen ácido linoleico aumenta el riesgo de mortalidad a pesar de las
reducciones significativas de LDL y colesterol total.
Una alta proporción de lipoproteína de alta densidad (HDL)
en el colesterol total es el mejor predictor de riesgo cardiovascular. Por lo
tanto es este cálculo y no el colesterol LDL lo que realmente predice el
riesgo.
Una alta relación HDL en el colesterol total es también un
marcador sustituto para la resistencia a la insulina (es decir, la insulina
sérica crónicamente elevada en la raíz de la enfermedad cardíaca, la diabetes
tipo 2 y la obesidad). Una revisión sistemática reciente concluyó que el
colesterol LDL no está asociado con enfermedad cardiovascular y está
inversamente asociado con la mortalidad por todas las causas. La relación entre
colesterol total y HDL se puede mejorar rápidamente con cambios en la dieta,
como el reemplazo de carbohidratos refinados por alimentos sanos ricos en grasa
tales como:
- Almendras
- Nueces
- Maníes o cacahuetes
- Aceite de oliva
- Pescados (salmón, caballa, arenque, atún, etc.)
- Semillas de girasol
- Soja
- Semillas o aceite de linaza
- Aceite de maíz
Como combatir la resistencia a la insulina (niveles
crónicamente altos de insulina sérica) e inflamación
En comparación con los individuos físicamente inactivos,
aquellos que caminan unos 150 minutos por semana (o más) pueden aumentar la
esperanza de vida entre 3,4 y 4,5 años, independientemente del peso corporal. Caminar
regularmente también puede ser más efectivo que correr para prevenir la
enfermedad coronaria. Y sólo 30 minutos de actividad moderada al día (más de
tres veces por semana) mejora significativamente la sensibilidad a la insulina
y ayuda a revertir la resistencia a la misma (es decir, disminuye los niveles
crónicamente elevados de insulina que están asociados con la obesidad). Esto
ocurre independiente de la pérdida de peso.
Otro factor de riesgo para la enfermedad coronaria es el
estrés. Un trauma de la infancia puede conducir a una disminución de la esperanza de vida de hasta 20 años. El estrés crónico aumenta la
resistencia de los receptores de glucocorticoides, lo que resulta en un fallo
en la regulación de la respuesta inflamatoria. La combinación de un enfoque de
estilo de vida en el sentido de una dieta saludable, de practicar actividad
física en forma regular y la reducción del estrés, mejorará la calidad de vida
y reducirá la mortalidad cardiovascular.
Es hora de cambiar el mensaje en el sentido de la prevención
y tratamiento de la enfermedad coronaria. Lejos de medir los lípidos séricos y
reducir la grasa saturada en la dieta, la enfermedad de la arteria coronaria es
una patología inflamatoria crónica y puede ser reducida efectivamente caminando
(casi) todos los días y comiendo comida real. Lamentablemente, no hay ningún
modelo de negocio o mercado para ayudar a difundir esta intervención sencilla
pero poderosa.
Referencias:
http://www.bmj.com/content/351/bmj.h3978
http://www.bmj.com/content/353/bmj.i1246
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