Los alimentos consisten en un gran número de diferentes
nutrientes que están contenidos en una estructura compleja. La naturaleza de la
estructura alimenticia y los nutrientes de la misma (es decir, la matriz
alimentaria) determinarán la digestión y absorción de dichos nutrientes, alterando
así las propiedades nutricionales generales del alimento. Por lo tanto, la
matriz alimentaria puede presentar una relación diferente con los indicadores
de salud, en comparación con los nutrientes únicos estudiados aisladamente.
Esta es la conclusión de un grupo internacional de expertos
de epidemiólogos, médicos y expertos en nutrición reunidos por la Universidad de
Copenhague.
Tradicionalmente, las investigaciones sobre las
implicaciones alimenticias de distintos productos en relación con la salud
humana, se centran en el contenido de nutrientes individuales tales como
proteínas, grasas, hidratos de carbono, etc.
Sin embargo, los efectos de un producto alimenticio no
pueden determinarse sobre la base de los nutrientes individuales. La comida debe
ser evaluada en su conjunto, en combinación con otros alimentos que se comen al mismo
tiempo. Las conclusiones del panel de expertos han sido publicadas en la
revista científica ‘Te American Journal of Clinical Nutrition’
Consumimos comidas, no nutrientes
La doctora Tanja Kongerslev, del Departamento de Nutrición de
la Universidad
de Reading (Reino Unido), una de las autoras del informe, explica que los
científicos se han preguntado por qué los efectos reales de un alimento están
en discordancia con los efectos esperados sobre la base de su contenido
nutricional. Por lo tanto, han comenzado a mirar las cosas en un contexto más
amplio.
Esto significa que la composición de un alimento puede
alterar las propiedades de los nutrientes que contiene, de manera que no se
puede predecir sobre la base de un análisis de nutrientes individuales. Por
ejemplo, los productos lácteos como el queso tienen un efecto menor sobre el
colesterol en la sangre de lo que se podría esperar sobre la base de su
contenido de grasa saturada. Hay interacciones entre los nutrientes de un
alimento que son significativas para su efecto total sobre la salud.
Otro ejemplo son las almendras, que contienen mucha grasa,
pero que liberan menos grasa de lo esperado durante la digestión. Esto quiere
decir que los efectos sobre la salud de un alimento son, probablemente, una
combinación de la relación entre sus nutrientes y también los métodos
utilizados en su preparación o producción, lo que significa que algunos
alimentos pueden ser mejores para nosotros o menos saludables de lo que se cree
actualmente.
Finalmente, el debate se centró en los productos lácteos y
en cómo la compleja mezcla de nutrientes y sustancias bioactivas, como
minerales y vitaminas, puede afectar la digestión y cambiar las propiedades
nutricionales y de salud de un alimento en particular. El panel concluyó, entre
otras cosas, que el yogur y el queso tienen un efecto diferente y más
beneficioso sobre la salud ósea, el peso corporal y el riesgo de desarrollar
enfermedades cardiovasculares de lo que se esperaría en base a su contenido de
grasas saturadas y calcio.
La investigación actual demuestra claramente importantes
beneficios para la salud del queso para la prevención de la diabetes tipo 2,
enfermedades cardiovasculares y varios tipos de cáncer. Todos los efectos
positivos se deben a una compleja interacción entre bacterias beneficiosas,
minerales e ingredientes bio-activos de este alimento.
Referencia:
http://ajcn.nutrition.org/content/early/2017/04/12/ajcn.116.151548.abstract
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