Conocer los hechos puede ayudar a tomar decisiones inteligentes. Es por ello que hoy analizamos algunos argumentos comunes en la creencia popular sobre la hipertensión arterial, que pueden no ser del todo correctos y conducir a problemas severos de salud.
1.) Mi hipertensión
es hereditaria y no hay nada que pueda hacer
Es cierto que la hipertensión arterial puede deberse a
factores genéticos. Si padres o parientes cercanos han tenido presión arterial
alta, es más probable que la persona la desarrolle también. Sin embargo, opciones
en el estilo de vida como practicar actividades deportivas o la dieta, han
permitido a muchas personas con antecedentes familiares de presión arterial
alta evitar esta patología.
2.) No consumo sal de mesa, así que tengo controlada mi
ingesta de sodio
No en todos los casos, pero a muchas personas el sodio puede
aumentar la presión arterial. Pero controlar el sodio significa algo más que
simplemente evitar el salero en la mesa. También significa verificar las
etiquetas, porque hasta el 75% del sodio que consumimos está oculto en
alimentos procesados como salsa de tomate, sopas, condimentos y conservas.
Cuando compre alimentos preparados y preenvasados, lea las etiquetas. Observe
la palabra "sodio" o el símbolo "Na" en las mismas. Estas
palabras muestran que cantidades de sodio están presentes.
El requerimiento de sodio por persona es de 500 mg/día
aproximadamente. Sin embargo, en promedio, hasta 3 gramos de
sodio están contenidos en los alimentos que consume una persona diariamente.
3.) Yo utilizo sal marina o kosher, en lugar de sal de mesa
Mucha gente piensa que estas alternativas son bajas en sodio
y que por tanto no significan un problema. Sin embargo, químicamente hablando,
la sal marina o la sal kosher son iguales que la sal de mesa: 40% de sodio, y
cuentan lo mismo en el consumo total de sodio. La diferencia es que la sal de
mesa es una combinación de dos minerales: sodio (Na) y cloruro (Cl).
4.) No tengo síntomas de hipertensión arterial
Sólo en Estados Unidos, 85 millones de personas tienen
hipertensión arterial, y muchas de ellas no lo saben o no experimentan los
síntomas típicos de esta patología: agitación, nerviosismo, sudoración,
insomnio, cara enrojecida. En un sinnúmero de casos, la hipertensión es
asintomática, y las personas la padecen durante años sin saberlo. En ese caso,
es posible que la presión arterial alta le esté dañando las arterias, corazón y
otros órganos. No cometa el error de pensar que, porque no hay síntomas, no
existe el problema.
5.) He leído que el vino es bueno para el corazón, lo que
significa que puedo beber todo lo que quiera
Si usted bebe alcohol, incluyendo vino tinto, debe hacerlo
con moderación. El consumo intenso y regular de alcohol puede aumentar
drásticamente la presión arterial. También puede causar insuficiencia cardíaca,
conducir a un derrame cerebral o producir latidos cardíacos irregulares.
Demasiado alcohol puede contribuir a triglicéridos altos, cáncer, obesidad,
alcoholismo, además de provocar accidentes. Si bebe, limite el consumo a no más
de dos bebidas al día para los hombres y una bebida al día para las mujeres.
Generalmente, una bebida equivale a una cerveza de 355 ml (una lata), un vaso
de vino de 120 ml, o un vaso de de 45 ml de bebidas de mayor graduación
alcohólica (coñac, vodka, ron, pisco, tequila, whisky, etc.)
6.) Ya me he tomado la presión arterial y estoy bien
Debido a que la presión arterial es fluctuante, con
tomársela una vez o en períodos muy prolongados de tiempo no es suficiente. En
realidad, debe medirse regularmente y a distintas horas del día. Ya que la
presión, por cuestiones hormonales, tiende a subir en determinados momentos a
lo largo de la jornada, por ejemplo, muchas personas experimentan una subida de
la presión en las primeras horas de la mañana.
7.) Me diagnosticaron hipertensión, pero ahora la tengo
normal
Esta es la excusa que mucha gente utiliza para dejar de tomar la
medicación o abandonar la dieta. Hay que ser consciente de que la hipertensión
arterial puede ser una enfermedad de por vida y el hecho de tenerla normal en
un determinado momento no significa que el problema haya terminado. Siga
cuidadosamente las recomendaciones de su médico, incluso si esto significa
tomar medicamentos todos los días durante el resto de su vida.
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