-Doctor, tengo un desequilibrio químico en el cerebro.
-Muéstrame tus exámenes de laboratorio donde dice eso.
-No, no tengo ningún examen.
Este diálogo lo cuenta el psiquiatra Ron Leifer en uno de
sus artículos para evidenciar cuanta de la gente que acude a él, llega diciendo
que tiene un desequilibrio químico en el cerebro. "No creo haber oído
nunca a un psiquiatra conocedor y bien entrenado hacer una afirmación tan
absurda. En realidad, la noción de desequilibrio químico siempre
fue una especie de leyenda urbana, nunca una teoría seriamente propuesta por
psiquiatras bien informados”.
Lo cierto es que la teoría del desequilibrio químico se
perpetuó ampliamente después de la introducción en el mercado del primer
antidepresivo ISRS, el Prozac, en 1988. La sigla ISRS quiere decir inhibidor
selectivo de la recaptación de serotonina.
¿Cuál es el origen de la idea de que los trastornos mentales
son causados por desequilibrios químicos en el cerebro?
Los psiquiatras en los años 60 y 70 tendían a ser escépticos
de las teorías biológicas del trastorno mental. Muchos psiquiatras de esa época
fueron entrenados en el apogeo del psicoanálisis freudiano y pensaron que las
teorías bioquímicas de la enfermedad psiquiátrica eran, en el mejor de los
casos, explicaciones demasiado simplistas y reduccionistas de fenómenos
psicológicos mucho más complejos. No fue hasta finales de los años 80, después
de la liberación del antidepresivo Prozac, que la idea del desequilibrio
químico golpeó como teoría psiquiátrica. Como el psiquiatra Peter Breggin
señala en su libro Toxic Psychiatry, la compañía farmacéutica "Eli Lilly"
avanzó en la teoría del desequilibrio químico como un esquema de
comercialización para vender su nuevo medicamento Prozac. Por supuesto, no
había evidencia demostrable de que los pacientes deprimidos tuvieran algún
desequilibrio de este tipo, pero Lilly se aferró a ella. En poco tiempo, los
psiquiatras y los pacientes psiquiátricos se identificaron con la idea de que
los trastornos mentales eran causados por
desequilibrios químicos en el cerebro.
¿Por qué esta teoría permanece a pesar de que es falsa?
La idea de un desequilibrio químico es una forma simple y
sucinta por la cual algunos profesionales de la salud mental comunican a
pacientes y familias que las condiciones psiquiátricas son "reales". El desequilibrio químico proporciona una explicación aparentemente "científica" a
problemas humanos que históricamente la propia investigación científica ha evitado.
Hasta el día de hoy, no existe una sola prueba biológica para cualquier
trastorno mental, a pesar de las creencias en el sentido contrario. Afirmar que
un paciente tiene un desequilibrio químico es una forma de validar y confirmar
la experiencia de la persona que sufre.
Sin embargo, la teoría del desequilibrio químico ofrece otra
cosa, y esa es la oportunidad para el paciente psiquiátrico de limitar la
responsabilidad de su condición. Durante mucho tiempo se ha observado,
especialmente por los psicoanalistas, que muchos de los problemas etiquetados
como síntomas psiquiátricos son intentos por parte de la persona, consciente o
inconscientemente, de evadir la responsabilidad de su conducta. El paciente
deprimido se retira y se quita de su ambiente estresante. El paciente
disociativo cambia cuando es más conveniente. El paciente psicótico crea su
realidad cuando ya no puede manejar sus asuntos. No es ningún secreto que los
seres humanos tienen una relación amor-odio con responsabilidad. Les encanta la
libertad que la responsabilidad les da, pero le temen a la idea de ser
responsables de todo lo que hacen.
Además de estos factores, la teoría del desequilibrio
químico se perpetúa por los psiquiatras interesados en el reposicionamiento de
la psiquiatría como una rama de la ciencia médica. Durante muchos años, la
psiquiatría fue vista como un "hijastro" de la medicina. Los
psiquiatras no eran "verdaderos doctores", y ofrecían poco más a sus
pacientes que su amparo. La teoría del desequilibrio químico proporcionó a la
psiquiatría una forma de salir de su posición subordinada y convertirse en una
corriente principal de la medicina. Esto, unido a los muy poderosos intereses
financieros de las compañías farmacéuticas, ha contribuido a la extendida pero
mítica creencia de que los desequilibrios químicos son los causantes de los trastornos
mentales.
Referencia:
Breggin, (1991). Toxic psychiatry: Why therapy, empathy, and love must replace the drugs,
electroshock, and biochemical theories of the new psychiatry.