El peligroso químico de las latas de cervezas y refrescos


A 80 años de su invención, la lata de cerveza es la manera más popular de beber esta bebida hoy en el mundo. Las latas representaron en 2012 el 53% del consumo total de cerveza, frente al 37% de las botellas y el 10% del barril. 



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Pero he aquí un problema: las latas de cerveza y refrescos que generalmente consumimos están revestidas por dentro con una fina lámina de epoxi que contiene Bisfenol A (BPA), un químico que evita que los alimentos reaccionen con el aluminio, pero que también se lo ha asociado a una serie de enfermedades incluyendo el cáncer, problemas reproductivos y el irregular desarrollo cerebral en niños. Además, el Bisfenol A está considerado como un disruptor endocrino, esto significa que probablemente cause un daño hormonal en niveles muy bajos.
La pregunta es si hay lo suficiente de este químico en las latas de cervezas, refrescos y otros productos enlatados, como para causarnos un daño.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) después de un largo proceso de revisión ha optado por prohibir el Bisfenol en algunos productos como los biberones para bebés, pero no para las latas de algunos alimentos, incluida las de bebidas, en este caso la FDA indica que “la exposición alimentaria al Bisfenol A a través de los envases de alimentos no representan un riesgo para la salud de la población”.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyó recientemente su propia evaluación sobre el Bisfenol A con un resultado similar a la de su par americana, aunque el gobierno francés no está de acuerdo con la resolución y ha establecido algunas prohibiciones.

Sin embargo, el año pasado varios estudios científicos determinaron que la exposición a bajos niveles de Bisfenol A puede conducir a algunos problemas de salud, incluidos diabetes y cáncer.

Por ejemplo, una de las investigaciones fue realizada por un grupo de profesores de epidemiología de la Universidad de Harvard, en dicho estudio, unos voluntarios que consumieron una porción de sopa en lata cada día durante una semana, tuvieron en promedio un incremento de más del 1000% de Bisfenol A en la orina, en comparación con los mismos individuos cuando anteriormente habían consumido durante una semana sopa preparada naturalmente, o sea, no enlatada.

Otro estudio realizado en Corea del Sur encontró que los días que un grupo de personas bebieron leche de soja en lata, los niveles de Bifenol A que se encontraron en la orina eran un 1600% mayor que los días que las mismas personas consumieron la misma leche pero proveniente de botellas. Además, los investigadores hallaron que la presión arterial de los individuos aumentaba los días que el consumo provino del producto enlatado.

Si bien los fabricantes de estos productos hace bastante tiempo que están buscando una lata con revestimiento libre de Bisfenol A, hasta ahora sólo la han hallado para alimentos poco ácidos como los frijoles, pero no para otros alimentos que tienen un cierto nivel de acidez (cerveza, tomates, refrescos, etc.) debido al hecho de que los alimentos ácidos son capaces de reaccionar al contacto de metales.

Es cierto que no hay prácticamente investigación sobre el prejuicio que puede ocasionarnos el Bifenol A proveniente puntualmente de las latas de cerveza y refrescos. Aún así, sería una buena idea  tomar nota de esta advertencia y al menos hasta que algún estudio serio nos quite las dudas de si realmente hay un riesgo, creemos que sería una buena decisión optar por su consumo en botellas de vidrio.