Una investigación ha encontrado que practicar ejercicios físicos con ira o angustiado eleva considerablemente el riesgo de infarto al corazón.
Un intento de "desahogarse" a través de la
práctica de ejercicio triplica el riesgo de un ataque al corazón, esta
probabilidad se produce especialmente hasta una hora posterior al ejercicio.
Según los autores del estudio, hacer esfuerzos físicos
estando muy molesto o enojado puede resultar dañino para el corazón, tanto el ejercicio
aeróbico como anaeróbico. Incluso, la combinación de los dos aumenta el riesgo
aún más. La investigación fue publicada en la revista “Circulation” de la American Heart Asosciation y
fue realizada por investigadores de la Universidad de McMaster (Canadá).
La asociación fue mucho más fuerte (más del triple de riesgo)
para los pacientes que dijeron que habían estado enojados o con algún otro
malestar emocional, y al mismo tiempo, participaron en un esfuerzo físico de
peso muy exigente.
Los resultados arrojan que ambos factores combinados
(esfuerzo físico y malestar emocional) pueden aumentar la presión arterial y la
frecuencia cardíaca, reduciendo el flujo de sangre que viaja al corazón. Esto
es particularmente importante en los vasos sanguíneos, ya que estrechados por
la placa, podrían bloquear el flujo de sangre conduciendo a un ataque al
corazón.
El autor principal del estudio, el Dr. Andrew Smyth, dijo
que: "La actividad física regular tiene muchos beneficios para la salud,
incluyendo la prevención de enfermedades del corazón, por lo que queremos que
esto continúe. Sin embargo, recomendamos que una persona que está enojada o
molesta y quiere hacer ejercicio para despejar su mente, que no vaya más allá
de una rutina suave normal, y que no realice una actividad físicamente excesiva”.
La investigación
Los científicos analizaron datos de 12.461 personas (ambos
sexos) de 52 países, la edad promedio de estos individuos era de 48 años de edad.
Todos habían sufrido un ataque al corazón. Además, los participantes
completaron un cuestionario sobre los diferentes tipos de síntomas que habían
experimentado y las actividades que habían realizado en la hora previa al
ataque, para de esta forma poder determinar cuales eran los precursores más
comunes de los infartos.
Los resultados mostraron que el 13% (1650 personas) habían
estado realizando algún tipo de actividad física vigorosa antes del ataque y
que el 14% (1752 personas) estaban enojados o emocionalmente alterados previo
al infarto.
Después de analizar miles de referencias cruzadas, los
investigadores encontraron que la combinación de ambos factores es
particularmente mortal. Obviamente, también se tuvo en cuenta los efectos de otros factores
de riesgo como la edad, el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión arterial y
otros problemas de salud.
Los ataques al corazón son causados principalmente por la
aterosclerosis, la acumulación de placa grasa en las arterias. Cuando el
ateroma interrumpe el flujo de sangre hacia el corazón, esto conduce al infarto
y a la muerte de una porción del músculo cardíaco.
Por eso es tan importante que la gente conozca los factores
de riesgo de un ataque cardíaco, para poder tomar medidas y así reducir dicho riesgo.
Dejar de fumar, mantenerse físicamente activo, mantener un peso saludable y una
alimentación sana, son los medidas más recomendadas por los médicos. Ahora
deberíamos tener en cuenta un factor de riesgo extra: practicar actividad
física en situaciones emocionales adversas.
Referencia:
https://www.eurekalert.org/pub_releases/2016-10/aha-eua100516.php
No hay comentarios:
Publicar un comentario