“Yo ni siquiera sabía que existía una vitamina K”... esta es, por lo general, la respuesta cuando se le pregunta a alguien si conoce a esta increíble vitamina.
La vitamina K tuvo “algo” de prensa hace 2 años debido a un
estudio que la relacionó con el aumento de la densidad ósea y la disminución de
la calcificación de las arterias. De hecho, la vitamina K podría ser la
respuesta a la paradoja del calcio.
La paradoja del calcio se refiere al exceso de calcio en
partes del cuerpo, por ejemplo en las arterias, y simultáneamente su falta en
otras partes mucho más necesarias, como los huesos.
¿Qué es la vitamina K?
La vitamina K es un grupo de vitaminas solubles en grasa,
imprescindible para la coagulación de la sangre, el aumento de las vías
metabólicas para la generación de los huesos y la disminución de la
calcificación arterial.
Hay dos tipos principales de vitamina K, la K 1 y la K 2.
Vamos a ver las 2 por separado ya que tienen diferentes
funciones.
Vitamina K1
También conocida como filoquinona o fitomenadiona, la
vitamina K1 fue descubierta por el científico danés Henrick Dam en 1929. Esta
vitamina está implicada en la coagulación de la sangre, sin ella podríamos
sangrar hasta morir por un simple corte.
A diferencia de otras vitaminas liposolubles (vitaminas A, D
o E) nuestro cuerpo no almacena altos niveles de vitamina K1 en los tejidos,
pero por suerte, el cuerpo tiene un mecanismo que la recicla, por lo que las
necesidades dietéticas de esta vitamina son de bajas cantidades.
Las más importantes fuentes de esta vitamina son las verduras
de hoja verde como las espinacas, acelga, brócoli, coles y lechuga, también hay
pequeñas cantidades de K1 en algunas frutas como los kiwis.
Vitamina K2
El organismo utiliza principalmente esta vitamina para transportar
el calcio, es decir, mueve el calcio hacia los huesos y otras partes del cuerpo.
Cuándo se descubrió esta vitamina en 1940 se notó que en
algunos animales que comían mucho pasto la
K 2 era muy abundante, lo que hizo revelar a los investigadores
que en dichos animales, la vitamina K2 se creaba a partir de la K 1. Es decir el animal se
alimentaba con pasto (alimento verde) rico en K1 y esta a su vez, se convertía
en K2.
Este hallazgo hizo pensar que en los seres humanos sería
igual, si los animales pueden producir K2 de K1, en el hombre también. Sin
embargo, si bien los humanos transformamos una pequeña cantidad de K1 en K2,
esta es totalmente insuficiente como para prevenir una deficiencia de esta
vitamina.
Además, a diferencia de la vitamina K1, la K 2 no se recicla en el cuerpo,
creando una necesidad diaria de este nutriente. Esto significa que tenemos que
obtener la vitamina K2 directamente de nuestros alimentos.
¿Qué alimentos contienen vitamina K2? Esta vitamina se
encuentra principalmente en la grasa de la leche de los animales, en sus
órganos y tejido graso. Por tanto, los productos derivados de animales
alimentados con pasto son una buena fuente: por ejemplo carnes, manteca,
quesos, leche y demás lácteos. Otra fuente rica de vitamina K2 es la soja
fermentada.
Una investigación realizada en Japón estudió a 241 pacientes
con osteoporosis durante dos años, la mitad de este grupo recibió vitamina K2
por vía oral. Pasado ese lapso de tiempo, se comprobó que quienes recibieron esta
vitamina tuvieron muchos más bajos niveles de fracturas repetidas, también se
descubrió que la K 2
mantiene la densidad ósea a nivel lumbar. La conclusión de esta investigación
fue que la K 2 no
solo beneficia la formación del hueso, sino que también suprime la reabsorción
ósea.
Vitamina K2 y salud cardiovascular
Una investigación realizada en Países Bajos en el año 2009 llegó a
la conclusión que las personas con niveles más altos de vitamina K2 tenían
niveles más bajos de enfermedad cardiovascular.
Durante años, la ciencia ha tratado de entender cómo en
algunos países las personas pueden tener una dieta rica en grasas saturadas y
mantener bajos niveles de enfermedades cardíacas. Francia es uno de esos casos,
el hecho de que los franceses sean grandes consumidores de foie gras, mantequilla
y queso, en realidad puede jugar a su favor. Justamente estos alimentos son
ricos en vitamina K2.
Puesto que ahora sabemos que las grasas saturadas no son
tan malas como se creyó por muchos años, nos puede llevar a creer que estos
alimentos han tenido algo que ver en los bajos niveles de enfermedades
cardiovasculares.
Además de ayudar con la osteoporosis y las enfermedades
cardiovasculares, la vitamina K2 también se relaciona con:
- Protección contra ciertos tipos de cáncer, incluyendo el de hígado, pulmón, próstata y el linfoma de Hodgkin
- Mejora la sensibilidad a la insulina en los diabéticos
- Prevención de daños en las articulaciones
- Mejor elasticidad en la piel
- Menor incidencia de varices