Muy a menudo vemos por televisión o en internet, artículos y
noticias en las cuales se afirma que consumir determinados alimentos puede
mejorar el estado de ánimo, o tratar los síntomas de la depresión en las
personas.
La verdad es que esto no es posible. Veamos porqué.
Es muy común ver informes en los distintos medios de
comunicación (tv, revistas, Internet, etc.) en los cuales se indica que
determinados alimentos son beneficiosos para mejorar nuestro estado de ánimo. Esto
no es cierto.
Lo que sí es verdad, es que nuestro estado de ánimo puede
ser fácilmente deprimido a causa de nuestra dieta.
¿Por qué?... Grábese esta frase:
En materia de nutrición, el cerebro responde a los déficits
pero no a los excedentes.
Por ejemplo, hasta hace un tiempo los científicos pensaban
que beber un vaso de leche tibia antes de acostarse o comer una comida rica en
proteínas nos inducía al sueño, debido a la cantidad de triptófano que
contienen (recordar que la absorción del triptófano de los alimentos es
fundamental para la producción de serotonina en el cerebro).
La evidencia actual no apoya esta teoría ya que por
desgracia, el triptófano no es un aminoácido de rápida penetración en el
cerebro y más aún cuando se consume con otros aminoácidos.
El déficit si perjudica
Donde si es decisiva la alimentación en relación a nuestro
estado de ánimo, es cuando no tenemos suficientes nutrientes. Por ejemplo, los
estudios han demostrado que consumir muy poco triptófano nos puede provocar que
estemos deprimidos o más enojados que de costumbre. Como así también, si
comenzamos a consumir bajos niveles de vitaminas B y C en la dieta, esto
inducirá a cambios en la función cerebral, que comenzaremos a notar después de
unas semanas de privación.
En base a esto, muchos autores sacaron en conclusión que la
administración de altas dosis de estos nutrientes mejoraría rápidamente nuestro
estado emocional, pero este no es el caso, la explicación está en lo que se
dijo más arriba “En materia de alimentación, el cerebro responde a los déficits
pero no a los excedentes”.
Suplementos dietéticos
¿Pueden los suplementos dietéticos aumentar los niveles de
triptófano en el cerebro y mejorar el estado de ánimo? La respuesta es no. No
hay evidencia que se mejore el estado de ánimo y el sueño (la serotonina es a
su vez, la precursora de la melatonina, la hormona del sueño) a través de la
manipulación dietética de triptófano, principalmente porque es difícil cambiar
los niveles de triptófano en el plasma a través de la dieta solamente.
Estudios recientes de suplementación y agotamiento de
triptófano, sugieren que la alteración de los niveles de este aminoácido sólo
puede afectar a determinados y muy específicos grupos de pacientes que tienen
largos antecedentes personales o familiares de depresión.
Muchos artículos que vemos en diferentes medios de
comunicación, recomiendan desde suplementos dietéticos hasta alimentos y dietas
específicas para aumentar los niveles de triptófano en la sangre y de esta
forma aumentar los niveles de serotonina en el cerebro. Dichas recomendaciones,
que suenan muy atractivas, no están avaladas por los estudios científicos
actuales.
¿Cómo es el mecanismo?
Como dijimos anteriormente, para que el cerebro produzca
serotonina, es necesaria la absorción del triptófano que proviene de las
proteínas de los alimentos que consumimos. El transporte de este aminoácido por
la sangre, a su vez, también se ve influenciado por otros aminoácidos.
Llegado al cerebro y dentro de las neuronas, el triptófano
se convierte en 5-hidroxitriptófano debido al accionar de la enzima
triptófano-hidroxilasa. Por lo tanto, si usted consume poco triptófano, el
cerebro producirá menos serotonina.
En cambio, estudios recientes han hallado que el exceso de
serotonina producida por el cerebro, éste simplemente la descarta.
Resumiendo
Es cierto que debemos comer alimentos que contienen
triptófano para mantener nuestro estado de ánimo en un nivel normal. Lo que
también es cierto, es que el consumo excesivo de alimentos que contengan este
aminoácido no nos provocará un mejor estado emocional. Por tanto, artículos tan en boga hoy tipo “Alimentos que nos hacen felices” o títulos por el estilo, sepa que
carecen absolutamente del más mínimo rigor científico.