¿Cree usted que con lavarse los dientes un par de veces al día ya ha cumplido su parte para mantener una adecuada higiene bucal? Si es de los que piensa así, está equivocado.Cepillarse los dientes sin dudas que es muy importante, pero hay muchas otras mediadas que a veces subestimamos y tendemos a pasarlas por alto.
1.) La fuerza del cepillado de los dientes
Cuando lavamos los platos o el auto, con cuanta más fuerza
frotemos la suciedad más y mejor saldrá, ¿no? Bueno... este principio no se puede
aplicar al cepillado dental. Cepillarse con mucha fuerza irrita y daña los
tejidos de los dientes y las encías.
El cepillado vehemente puede ocasionar que queden expuestas las raíces
de los dientes, esto con el tiempo puede provocar la caída de la pieza o infecciones en las
encías.
No se lave los dientes con mucha fuerza, ni utilice cepillos
duros.
2.) Hidratación de la boca
Un aspecto no muy tenido en cuenta por la mayoría de la
gente es la hidratación de la boca. Es muy recomendable tomar un vaso de agua
cada hora cuando estamos largos períodos de muchas horas sin comer nada. Esto
no sólo es ideal para el sistema digestivo, sino que también ayuda a mantener
los dientes blancos.
Beber agua ayuda a estimular la adecuada producción de
saliva, lo que reduce la sequedad de la boca, esto a su vez, ayuda a combatir
las bacterias y neutralizar los ácidos dañinos, por tanto, la hidratación bucal
es ideal para la prevención de problemas en las encías, de caries y de mal
aliento.
3.) Cuánto más dulce comemos, ¿más caries?
Es muy común utilizar esta “técnica de miedo” en los niños,
“si comes muchos dulces se te carearán los dientes y deberás ir al
dentista”.
Esto no es exactamente cierto, la cantidad de azúcar que consumimos
no tiene mucho que ver con las caries, sino más bien es el tiempo que demoramos
en lavarnos los dientes después de comer algo dulce lo que realmente más nos
perjudica.
Si usted come tres barras de chocolate y se lava los dientes
poco después, habrá menos daño que si usted se come sólo una barra de chocolate
y permanece un período prolongado de tiempo sin lavarse los dientes.
4.) El hilo dental
Mucha gente tiende a pasar por alto la importancia de la
limpieza con hilo dental, creyendo que con el cepillado sólo es más que
suficiente para mantener nuestra boca limpia.
Si usted es de los que piensa así, el uso del hilo dental es
un hábito que necesita desarrollar de inmediato.
De hecho, el uso del hilo dental es tan importante como el
cepillado, ya que ayuda a eliminar la placa y los residuos que se acumulan
entre los dientes, donde el cepillo no llega. También ayuda a pulir la
superficie del diente, esto combate el mal aliento.
5.) Limpieza de la lengua
La limpieza de la lengua es otro aspecto que la gente tiende
a subestimar.
La lengua es el principal caldo de cultivo para las
bacterias que causan la caries dental. Además, esa misma capa de bacterias
asentadas sobre la superficie de la lengua es una de las causas principales del
mal aliento.
Una buena higiene de la lengua no solo evita que las
bacterias se propaguen a los dientes, sino que también ayudamos de manera
efectiva a la prevención del mal aliento.
6.) Aspirina y dolor de muelas
Existe la creencia de que en caso de dolor de muelas, se debe
poner una aspirina sobre la muela y dejar que se disuelva en ese lugar para
aliviar el dolor.
Los analgésicos pueden ayudar en los dolores de muelas, pero
sólo si se ingieren.
La idea de colocar una aspirina sobre un diente o muela no
es para nada buena, ya que la aspirina es ácida y dejar que se disuelva en la
dentadura puede provocar un daño en el esmalte de los dientes o incluso, una
llaga en la encía.
7.) Enjuagar la boca después de comer
Si no tenemos el cepillo de dientes a mano una muy buena
idea es, inmediatamente después que comemos algo, hacer un enjuague bucal con
agua ya que en gran medida ayudará a eliminar bacterias o partículas de comida
que puedan quedar atrapadas entre los dientes o en las encías después de cada
comida.
Este simple paso puede ayudar a que en un futuro tengamos
menos caries e incluso menos manchas en los dientes.
8.) Cambiar cepillo de dientes cada 3 meses
¿Cuándo ha sido la última vez que cambió su cepillo de
dientes? Si han pasado más de tres meses no lo piense más y consiga de
inmediato un nuevo cepillo.
Los estudios han demostrado que después de tres meses los
cepillos de dientes son menos eficaces para remover la placa y otros residuos
de los dientes, debido a que las cerdas se han desgastado.
Además, con el tiempo los mangos y las cerdas de los cepillos
pueden convertirse en el hogar de miles de microbios y bacterias, que pueden
derivar en una infección bucal.
Por tanto, evite la transferencia de más bacterias a su boca
y hágase de un cepillo de dientes nuevo, pasados los tres meses de uso.
9.) No ir sólo al dentista en caso de urgencia
Es bastante común en mucha gente, el hecho de que si no hay
aparentemente ninguna dificultad no es necesaria una visita al odontólogo.
Como todos los problemas de salud (y la boca no es la
excepción) siempre es mejor detectar un inconveniente en etapas tempranas.
Recuerde que cuando una muela duele, es porque la caries ya ha llegado al
nervio, o sea, estamos hablando de una etapa muy avanzada.
Además, una buena limpieza en forma regular de sarro y placa nunca
están de más y redundarán en una menor cantidad de caries y mejor aliento.
Las medidas preventivas son siempre más baratas y menos
dolorosas. Lo ideal sería visitar a su dentista cada seis meses.