Es sabido que muchas personas que padecen insomnio recurren al cannabis para inducir al sueño ¿pero, realmente funciona?
El cannabis, a menudo ha sido clasificado como un
alucinógeno, y también considerado como un psicodélico de menor importancia,
aunque más recientemente viene siendo visto como un medicamento único y
complejo con muchos efectos diferentes. También ha sido catalogado como una
droga que provoca un estado alterado de conciencia con una leve euforia, relajación
y alteraciones perceptivas y sensoriales. Asimismo, puede causar efectos
desagradables y angustiantes, así como una ansiedad intensa que a menudo se
describe como “paranoia”.
Pero, ¿qué evidencia científica tenemos con respecto a la
marihuana y sus efectos sobre el sueño? No demasiados. La mayoría de los
estudios al respecto se llevaron a cabo en la década del 70. Actualmente, la
investigación sobre el uso medicinal del cannabis está restringida en muchos
países.
Lo cierto es que sus efectos también dependen de la variedad
de la planta, la composición de sus químicos, de la forma de consumirla, del
entorno en el que se utiliza y de la psicología del consumidor.
El cannabis es una planta con tres cepas diferentes, que
tienen desiguales características psicoactivas. Cannabis sativa es la cepa más
común y considerada la más psicoactiva. En los últimos años, quienes cultivan
marihuana con fines médicos la han modificado para aumentar su psicoactividad o
mejorar diversos efectos medicinales. Por ejemplo, algunas muestras pueden ser
extremadamente psicodélicas, mientras que otras son más sedantes.
Dichos efectos son causados por la acción los cannabinoides,
unos químicos que activan receptores en el sistema nervioso central. Los
cannabinoides responsables de los efectos psicológicos de la marihuana son el
THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol).
El THC es el único que tiene efectos psicológicos directos.
En pequeñas dosis, el THC tiende a ser un sedante, en dosis
moderadas un estimulante, en grandes dosis es psicodélico y en dosis muy
grandes puede causar síntomas psicóticos. También es bueno señalar que algunas
personas son muy sensibles a los efectos del cannabis y pueden tener reacciones
fuertes con dosis bastante pequeñas.
Como se señaló anteriormente, a pesar de que los efectos
psicoactivos del cannabis se deben principalmente al THC, también ocurre que
concentraciones más altas de CBD (cannabidiol) puede ser eficaz en la
disminución de los efectos producidos por el THC mediante el aumento de la relajación. Hasta el
momento se han encontrado dos receptores para cannabinoides: receptores CB1 que
se encuentra principalmente en el sistema nervioso central y los receptores CB2
que se encuentran en otras partes del cuerpo, especialmente en el sistema
inmunológico. Los efectos psicoactivos del THC son producidos por su
interacción con los receptores CB1.
Muchos medicamentos para dormir, tales como las
benzodiazepinas, convierten el sueño profundo en sueño ligero, por lo que, si
bien la cantidad total de sueño puede aumentar, quizás no sea de óptica
calidad. También, cualquier persona que ha consumido alcohol para ayudar a
dormir sabe que, en el largo plazo, el sueño tiende a ser más ligero y
fragmentado.
Ciertamente, los estudios sobre el cannabis y el sueño que
se realizaron en la década del 70, brindan alguna información acerca de los
posibles efectos:
Las bajas dosis de THC (de 4 a 20 mg) redujeron levemente
el sueño REM (fase de sueño profundo) tanto en usuarios regulares de cannabis
como en individuos que no lo utilizaban regularmente. Si bien el sueño profundo
se incrementaba en los primeros días de consumo, este efecto desaparecía con el
uso repetido.
Con altas dosis de THC (50 a 200 mg) el tiempo total de sueño no se vio
afectado, pero el sueño profundo (REM) se redujo en ambos tipos de usuarios
(consumidores regulares y no regulares).
Durante el estudio, se les solicitó a algunos consumidores
regulares que dejaran de consumir cannabis por un tiempo, en este caso, algunas
personas experimentaron síntomas de abstinencia, lo que se tradujo en un
aumento del tiempo para conciliar el sueño y una fase de sueño REM más pequeña.
Como vemos, al menos en estos estudios se desprende que el
cannabis parece ayudar en el corto plazo, aunque al parecer, pierde su
efectividad con el uso prolongado. Pero como dijimos anteriormente, esto
también depende de muchos factores, incluida la naturaleza de la persona.
Referencia:
http://www.sciencedirect.com/science/book/9781416066453
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