Para mucha gente, el sonido de la alarma por las mañanas es
más que una señal de que es hora de levantarse, para estas personas significa
que es hora de ir al gimnasio, salir a correr o a andar en bicicleta. Pero en
aquellos individuos en que el ejercicio todavía no es un hábito, el sonido de
la alarma puede desencadenar un debate entre levantarse o volver a dormir.
Una reciente investigación realizada en la Universidad Estatal
de Iowa considera que se necesita más que una señal condicionada para seguir
una rutina de ejercicios. En cambio, es la combinación de una señal (como la alarma en
la mañana o el final de la jornada laboral) y una recompensa intrínseca lo que
ayuda a desarrollar y mantener a la actividad física como un hábito. Los
investigadores dicen que cuando el ejercicio es íntimamente gratificante la
gente responderá automáticamente a la señal, no siendo necesario convencerse
para llevarlo a cabo, es decir, las personas que tienen a la actividad física
como hábito, generalmente no tienen que deliberar acerca de hacerla o no.
Para que la práctica de actividad física se transforme en un
hábito de largo plazo se necesitan dos cosas: un estímulo previo y una recompensa
intrínseca (o interna).
Dicha recompensa intrínseca es específica para cada
individuo, por ejemplo, los beneficios podrían ser desde fisiológicos
(liberación de endorfinas que causan sensación de bienestar) hasta pasar un
rato con amigos mientras realiza la actividad. Es importante tener en cuenta
que la recompensa interna lleva tiempo desarrollarla, es por ello que no a todo
el mundo le gusta hacer ejercicio cuando comienza. En última instancia, la
recompensa es lo que llevará a la persona a hacer preferentemente la actividad
física por encima de otra tarea.
La práctica de ejercicio físico es un comportamiento
complejo que requiere esfuerzo, es por ello que no es tan fácil de desarrollar
como otros hábitos simples, como lavarse los dientes. Y es por esa razón que la
recompensa debe venir directamente de la actividad. Porque si, por ejemplo,
usted está haciendo ejercicio para perder peso o por otros motivos extrínsecos,
seguramente todavía deba tomar la decisión de hacerlo o no, cuando se encuentra
con la señal.
Novatos y prácticos
La investigación consistió en una serie de estudios para
analizar los niveles de actividad en personas que recientemente habían iniciado
la práctica de alguna actividad física y también en individuos que llevaban, al
menos, tres meses haciendo ejercicio en forma regular. Por un lado, los
participantes informaban cada semana de la duración e intensidad de la
actividad física durante ese período. Para corroborar esto, cada uno de ellos
también llevaba un acelerómetro (instrumento que mide la intensidad de la
actividad física) en su muñeca.
Los resultados marcaron que el papel de la motivación
intrínseca era bastante diferente en cada grupo. En el caso de los novatos, si
bien la mayoría de estas personas disfrutaban de la actividad física (incluso
en muchos casos era bastante probable que se continúe), aún era un proceso
intencional. Sin embargo, en el caso de las personas que llevaban más de tres
meses realizando una actividad física en forma regular, ya habían desarrollado
un hábito, y la recompensa intrínseca era la que había ayudado a mantener ese
hábito en el largo plazo.
Si el ejercicio no es un hábito, entonces se hace con
esfuerzo, y además, toma recursos de otras actividades. E incluso cuando se ha
transformado en hábito también se puede tirar la toalla, es por ello que cuando
no se puede mantener un hábito lo mejor es crear uno nuevo, por ejemplo, cuando
cambian las circunstancias debido a un nuevo trabajo o el nacimiento de un hijo.
Promoción del hábito
La mayoría de la gente conoce bien los beneficios del
ejercicio físico, pero el conocimiento por sí solo no es suficiente para que se
cree un hábito. Se necesita un enfoque diferente para ayudar a las personas a
desarrollar hábitos de ejercicio. Para que esto suceda, cada individuo debe
identificar su recompensa intrínseca y experimentarla personalmente.
Los investigadores dicen que, justamente, identificar la
recompensa intrínseca puede ser el elemento que le falta a mucha gente para
hacer de la actividad física una costumbre.
Referencia:
https://www.sciencedaily.com/releases/2015/07/150709093309.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario