Una nueva investigación asegura que la actividad física durante el embarazo puede beneficiar la salud del hijo, inclusive hasta en la edad adulta.
Hace ya algunos años que, gracias a estudios realizados en laboratorios,
se sabe que la descendencia de ratones hembras que se ejercitaban regularmente
durante el embarazo, presentaban mejores niveles de resistencia al estrés y
mejor sensibilidad a la insulina en la edad adulta, en comparación con hijos de
madres sedentarias.
Ahora, un estudio realizado en humanos confirma que el
ejercicio materno durante el embarazo podría proporcionar al hijo una vida más
saludable, incluso los efectos podrían verse hasta la edad adulta.
Investigadores del Departamento de Farmacología y Ciencias
Nutricionales de la
Universidad de Kentucky presentaron hallazgos al respecto.
Bajo el título "Ejercicio durante el embarazo y el
impacto a largo plazo en la salud de los hijos" se exhibieron los
resultados en la reunión de la Sociedad
Fisiológica Americana del Ejercicio, realizada recientemente
en Phoenix (Arizona). Este simposio reúne anualmente a distintos líderes
científicos para discutir la fisiología del ejercicio físico en relación a cuestiones
que incluyen, por ejemplo, sedentarismo, enfermedades metabólicas, patologías
vinculadas al estrés, envejecimiento, enfermedades cardiovasculares, embarazo,
entre otros temas.
El foco de esta investigación fue examinar los marcadores de
estrés oxidativo, de la inflamación y de la sensibilidad a la insulina. El
estrés oxidativo es un daño que se produce en el cuerpo causado por la
acumulación de moléculas inestables llamadas radicales libres. La acumulación
de radicales libres disminuye la resistencia al estrés, aumenta el riesgo de
obesidad y de patologías relacionadas con la edad.
En cambio, la reducción del estrés oxidativo puede ayudar a
disminuir los riesgos de enfermedades del corazón, cáncer y diabetes tipo 2.
El equipo de investigación examinó marcadores de estrés
oxidativo y sensibilidad a la insulina en jóvenes hijos de madres que
practicaron ejercicio físico durante el embarazo y de madres sedentarias.
Los resultados arrojaron que los hijos de madres que
practicaron actividad física durante el embarazo tenían mejores niveles de
sensibilidad a la insulina. Los investigadores aseguran que estas diferencias
perfectamente pueden mantenerse hasta la edad adulta.
A lo largo de la vida, los seres humanos van acumulando
radicales libres, lo que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas
relacionadas con la edad. El lado positivo es que la reducción del estrés
oxidativo a través del ejercicio físico reduce el riesgo de enfermedades
cardíacas, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Y al parecer, una madre
activa físicamente durante el período de gestación, es probable que incida
positivamente en el posterior proceso de estrés oxidativo de su hijo por nacer.
¿Cuánto ejercicio se debe hacer durante el embarazo?
Si una mujer que practica regularmente ejercicios, queda
embarazada y decide permanecer físicamente activa, debería hacer tres cosas:
consultarlo con su médico, escuchar a su cuerpo y usar el sentido común. Cuando
se trata de ejercicio, más no es necesariamente mejor. De hecho, abusar del
ejercicio físico pude ser contraproducente.
En lugar de un ejercicio vigoroso y de alto impacto, es
mejor decantarse por una actividad aeróbica de bajo impacto y moderada
intensidad. Si la mujer ya practicaba actividad aeróbica antes del embarazo,
los primeros meses un trote ligero está bien. Pero en los meses posteriores,
actividades como caminar o nadar son más recomendables. Pero de nuevo, es
imprescindible en esta etapa consultar con su médico acerca de la cantidad,
intensidad y tipo de actividad física a realizar.
Referencia:
http://www.the-aps.org/mm/Conferences/APS-Conferences/2016-Conferences/Exercise
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