Aquellas mujeres con niveles altos de glucosa al principio del embarazo, corren un riesgo mayor de tener un bebé con defectos cardíacos, incluso si no tienen diabetes, según un estudio reciente.
La diabetes durante el embarazo es un factor de riesgo
conocido para problemas cardíacos en bebés.
Los investigadores estudiaron datos de 19.171 madres, de las
cuales 811 dieron a luz a bebés con una cardiopatía congénita. Los datos
incluyeron las mediciones de glucosa en sangre realizadas entre cuatro semanas
antes de la concepción y la semana 14 de gestación.
El corazón se desarrolla muy temprano en el embarazo.
El corazón del feto comienza a latir aproximadamente tres
semanas después de la concepción, y para la octava semana de gestación ya ha
desarrollado las cuatro cavidades (aurícula derecha, aurícula izquierda,
ventrículo izquierdo y ventrículo derecho)
El estudio, publicado recientemente en “The Journal of
Pediatrics”, halló que por cada 10 miligramos por decilitro de aumento en la glucosa plasmática, hubo un 8% de aumento en el riesgo de dar a luz a un bebé
con defectos cardíacos, incluso después de ajustar por la edad materna, índice de
masa corporal en el embarazo y presencia de diabetes materna preexistente.
El estudio indicó que, cuando las células del corazón están
expuestas a niveles de glucosa por encima de lo normal, éstas tienden a generar
más bloques huecos de ADN, dando por resultado una reproducción continua de
células de baja maduración.
Como parte del estudio, los investigadores utilizaron
células madre embrionarias humanas para hacer crecer cardiomiocitos (células del
músculo cardíaco) en el laboratorio, y expusieron dichas células a distintos
niveles de glucosa.
Las células expuestas a pequeñas cantidades de glucosa tuvieron
una maduración normal, mientras que las células expuestas a altos niveles de la
glucosa generaron un número alto de células inmaduras.
Las conclusión sugiriere que, cuando estaban expuestas a
cantidades mayores de glucosa, las células del músculo cardíaco sobreactivaron la
ruta de la pentosa fosfato que, entre otras cosas, genera los nucleótidos
que son vitales a la construcción del ADN. Esto creó un alto nivel de
nucleótidos, dicho exceso dificultó la maduración de las células.
Al experimentar en ratonas embarazadas con diabetes, los
investigadores observaron el mismo fenómeno: muchas células cardíacas en los
fetos maduraban menos y más despacio.
Según los autores “esto es importante porque es un factor de
riesgo modificable. Una madre debe hacer ejercicio durante el embarazo
temprano, 45 minutos de caminata todos los días sería lo ideal, porque es
sabido que el ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina. Mantener una
dieta saludable también es muy importante”.
Referencia:
http://www.jpeds.com/article/S0022-3476(17)31457-9/fulltext
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