Un estudio realizado en la Universidad de Rutgers dice que este cambio en el ADN puede acrecentar el círculo vicioso genético que refuerza el comportamiento del consumo de riesgo.
Estos hallazgos pueden eventualmente ayudar a los
investigadores a identificar biomarcadores, como proteínas o genes modificados,
que podrían predecir el riesgo de un individuo en el consumo excesivo de
alcohol.
Un consumo frecuente o excesivo de alcohol puede
desencadenar un cambio genético de larga duración, lo que resulta en un ansia
aún mayor por beber alcohol.
"Descubrimos que las personas que beben asiduamente
pueden estar mutando su ADN de una manera que les hace desear más
alcohol", dijo el profesor Dipak K. Sarkar, autor principal del estudio y
director del Programa Endocrino en el Departamento de Ciencias en la
Universidad de Rutgers-New Brunswick. "Esto puede ayudar a explicar por
qué el alcoholismo es una adicción tan poderosa, y puede que algún día
contribuya a nuevas formas de tratar el alcoholismo o ayude a prevenir que las
personas en riesgo se vuelvan adictas".
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, en
2017 más de 3 millones de personas murieron por el uso nocivo de alcohol. Eso
es el 5% de todas las muertes mundiales. Más de las tres cuartas partes de las
muertes causadas por el alcohol se produjeron entre hombres. El uso nocivo de
alcohol también causó el 5.1% del costo mundial de enfermedades y lesiones.
Los científicos de Rutgers y de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Yale se centraron en dos genes implicados en el control del
comportamiento de la bebida: PER2, que influye en el reloj biológico del
cuerpo, y POMC, que regula nuestro sistema de respuesta al estrés.
Al comparar grupos de bebedores circunstanciales, asiduos y compulsivos,
los investigadores encontraron que los dos genes habían cambiado entre los que
bebían asiduamente y en forma compulsiva a través de un proceso de modificación
del gen influenciado por el alcohol llamado metilación. Los bebedores
compulsivos también mostraron reducciones en la expresión génica, o la
velocidad a la que estos genes crean proteínas. Estos cambios aumentaron con
una mayor ingesta de alcohol.
Además, en un experimento, los bebedores vieron imágenes
relacionadas con el estrés, neutrales o relacionadas con el alcohol. También se
les mostraron recipientes de cerveza y posteriormente probaron cerveza, y se
evaluó su motivación para beber. El resultado: los cambios provocados por el
alcohol en los genes de bebedores asiduos y compulsivos se asociaron con un
mayor deseo de consumir alcohol.
Los datos establecen claramente una asociación significativa
entre el consumo de alcohol y los niveles elevados de metilación y los niveles
reducidos de expresión de los genes POMC y PER2. Además, la metilación elevada
de los genes POMC y PER2 se asocia con una mayor motivación subjetiva y conductual
para el alcohol.
Los hallazgos podrían ayudar a los investigadores a
identificar biomarcadores, indicadores medibles como proteínas o genes
modificados, que podrían predecir el riesgo de un individuo de consumo excesivo
o excesivo de alcohol, dijeron los investigadores.
Referencia:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/pdf/10.1111/acer.13932
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