La próstata es
un órgano glandular del aparato genital-urinario masculino
que cubre parte de la uretra, ubicada justo debajo de la vejiga y por delante
del recto, por esto es accesible de tantear mediante el tacto rectal.
Desarrolla varias cometidos, los más
significativos son los hormonales y la elaboración del fluido que se despide
en el instante de la eyaculación, llamado ‘licor prostático’, que sirve para hacer
más fácil la movilidad de los espermatozoides.
La próstata se desarrolla, como los demás órganos, conjuntamente
con el feto y su crecimiento se aviva durante
la pubertad ya que es fomentado por las hormonas masculinas (andrógenos), la
principal hormona masculina es la testosterona que se produce en los testículos.
La enzima 5-alfa reductasa transforma la testosterona en dihidrotestosterona (DHT) que es la hormona encargada de enviarle la señal a la próstata para que crezca.
La enzima 5-alfa reductasa transforma la testosterona en dihidrotestosterona (DHT) que es la hormona encargada de enviarle la señal a la próstata para que crezca.
Por lo general después de la pubertad el tamaño de la
próstata permanece casi del mismo tamaño hasta la adultez, período en el cual su
tejido se va poniendo fibroso debido al envejecimiento y comienza a crecer.
Con el paso del tiempo la próstata puede presentar algunos
problemas, los tres más comunes son: La prostatitis. La hiperplasia
benigna de próstata o cáncer de próstata.
La prostatitis
Es una probable irritación o inflamación de la próstata. Puede
ser infecciosa o no. Las prostatitis agudas pueden ser provocadas por
enfermedades de transmisión sexual. Las prostatitis crónicas suelen producirse
en las próstatas grandes, en hombres de más de 50 años con hipertrofia benigna
de próstata. El tratamiento con antibióticos suele ser lo más indicado.
Los síntomas más comunes son:
- Ganas de orinar con más frecuencia
- Ardor al orinar
- Fiebre
- Cansancio
A veces los síntomas pasan desapercibidos.
Hiperplasia prostática benigna
A medida que el hombre envejece, la parte interna de la
próstata a menudo sigue creciendo, lo que puede causar una condición
llamada “hiperplasia benigna de próstata”. Cuando se presenta esta
afección, el tejido de la próstata puede presionar la uretra lo debido a su
ubicación, su crecimiento va obstruyendo el pasaje de la orina en forma
progresiva.
La hiperplasia benigna de próstata no es cáncer ni se
convierte en cáncer, aunque puede ser un problema de salud complicado para
algunos individuos.
Si se necesita tratamiento, lo más común es que se utilicen
medicinas para achicar el tamaño de la próstata o para relajar los músculos que
se encuentran en ella, lo que generalmente ayuda a que la orina fluya.
Si las medicinas no dan resultado, puede que sea necesario
emplear cirugía.
Los síntomas más comunes son:
- Necesidad frecuente de orinar, incluso por las noches
- Aunque tenga ganas, cuesta trabajo comenzar a orinar
- Micciones pequeñas y débiles
- Goteo de orina
- Después de haber orinado, sensación de que quiere orinar más
- Pequeñas cantidades de sangre en la orina (menos frecuente)
Cáncer de próstata
Como dijimos al principio la próstata a través de las
células glandulares producen el líquido que se agrega al semen para que este
sea más líquido y fluya con mayor rapidez, en casi todos los casos de cáncer de
próstata las células cancerosas se desarrollan a partir de estas células
glandulares.
Para un cáncer que comienza en las células glandulares la
palabra que lo define es “adenocarcinoma”.
Otros tipos de cáncer también pueden comenzar en la glándula
prostática, incluyendo carcinomas y sarcomas, pero estos tipos de cáncer de próstata son
poco habituales. Por lo tanto, si una persona tiene cáncer de próstata es casi
seguro que tenga un “adenocarcinoma”.
Algunos cánceres de próstata pueden propagarse y crecer velozmente pero la
mayoría crece en forma lenta. De hecho, los estudios realizados en algunas
autopsias muestran que muchos hombres de edad muy avanzada que murieron de
otras enfermedades también tenían cáncer de próstata que nunca les afectó
durante sus vidas.
En pocos casos este tipo de cáncer es agresivo y los
tratamientos se diferencian según el estado de la neoplasia, variando desde la
radioterapia y cirugía con fines curativos hasta tratamientos paliativos
con quimioterapia y hormonoterapia.
Atrofia inflamatoria proliferativa
Dejamos para lo último esta enfermedad prostática y no las
incluimos entre las más comunes ya que es bastante poco frecuente.
En esta afección, las células de la próstata se muestran más
pequeñas de lo normal, y existen signos de inflamación.
La “atrofia inflamatoria proliferativa” no es cáncer, pero
los investigadores creen que algunas oportunidades si puede convertirse en un
cáncer de próstata.
Recomendaciones
Todos los hombres después de los 50 años debieran hacerse un
examen de próstata por lo menos una vez al año.
Lo ideal sería incluir
dentro de los exámenes normales que se deben realizar a esa edad (corazón,
colesterol etc.), el de la próstata.