El sistema inmunológico es la protección natural que tiene nuestro organismo contra virus, bacterias y otros cuerpos extraños, ello es posible mediante procesos biológicos que atacan y destruyen a estos agentes infecciosos. Existen algunas circunstancias (a veces originadas por nosotros mismos) que perjudican a estas defensas, veamos las más importantes.
Ya sea por nuestro entorno, nuestra comida o estilo de vida,
estamos rodeados de factores que deprimen el sistema inmunológico, conocerlos
puede ser la diferencia entre enfermarnos o no, e incluso en caso de enfermar,
el tiempo que pueda durar dicha enfermedad.
1.) Azúcar
La sacarosa disminuye la capacidad de minerales
imprescindibles para nuestro cuerpo, incluso en pequeñas cantidades. Consumir 100 gramos (8
cucharadas, equivalente a dos latas de refresco) de azúcar, reduce la capacidad
de los glóbulos blancos para eliminar gérmenes hasta en un 40%. Este efecto
comienza unos 30 minutos después de su ingesta y puede durar hasta 5 horas. En
contraste, el consumo de hidratos de carbono complejos, no tiene ningún efecto
sobre el sistema inmune. Además, el azúcar es en realidad un “anti nutrientes”
ya que roba nutrientes de nuestro cuerpo, en efecto, debido a que ciertos
nutrientes se eliminan del azúcar durante el proceso de refinado, nuestro
cuerpo no puede procesarla, por lo tanto, necesita minerales del cuerpo para
unirse a las moléculas del azúcar refinado con el fin de que nuestro organismo
pueda procesar dicha azúcar.
2.) Falta de sueño
Quizás usted haya notado que es más probable pescar un
resfriado u otra infección cuando no está durmiendo lo suficiente. La falta de
sueño puede llevar a niveles más altos de la hormona del estrés, también puede
dar lugar a más inflamación en su cuerpo. Aunque los investigadores no están
exactamente seguros de cómo el sueño estimula el sistema inmunológico, se ha
observado en distintas investigaciones que este se ve afectado con menos de 6
horas de sueño diario (para un adulto). La falta de sueño también afecta la
secreción de melatonina, que es un potente limpiador de radicales hidroxilo y
es el doble de eficaz que la vitamina E para neutralizar a los radicales
peroxilo.
3.) Medicamentos
El uso a largo plazo de ciertos medicamentos se asocia con
una mayor frecuencia de infecciones y de mayor duración, las causas son que,
por ejemplo, algunos antibióticos reducen los niveles de citoquinas (proteínas
responsables de la comunicación entre células). Otra causa es que muchos
medicamentos contienen altos niveles de toxinas específicas que inhiben las
bacterias “buenas” del intestino, la principal fuente de defensa de los seres
humanos.
4.) Alcohol
Beber un par de vasos de vino al día se considera una buena
manera de promover la salud cardiovascular, pero su abuso puede disminuir la
producción de células cerebrales hasta en un 40%. El alcohol también deprime la
capacidad del sistema inmune de luchar contra las infecciones y enfermedades.
Por ejemplo, el abuso de alcohol puede conducir a la reducción de glóbulos
blancos en la sangre, también deteriora la normal digestión de ciertos
nutrientes debido a los daños que causa en las células del tracto digestivo y
al interferir con la secreción de enzimas necesarias para la digestión. El
alcohol también puede disminuir la capacidad del hígado para almacenar
vitaminas importantes.
5.) Granos refinados
Harina blanca, arroz blanco y muchos otros tipos de granos
refinados contienen pocos nutrientes y poca fibra en comparación con los mismos
granos enteros del cual provienen. El consumo prolongado y excesivo de este
tipo de granos, sumado a que muchas veces los consumimos en alimentos altamente
procesados que contienen aditivos químicos y conservantes, pueden debilitar el
sistema inmunológico y hacernos vulnerables al desarrollo de enfermedades
crónicas.
Un estudio publicado en el “American Journal of Clinical
Nutrition” asegura que la capacidad de los glóbulos blancos de eliminar las
bacterias se ve obstaculizada de forma significativa hasta 5 horas después de
comer 100 gramos
de alimentos procesados. Nuestra dieta moderna de comida altamente procesada
podría ser la culpable de un fuerte aumento en las enfermedades autoinmunes
como la esclerosis múltiple, el asma, lesiones inflamatorias de la piel
(eczema) y la alopecia.
6.) Estrés crónico
La manera en que reaccionamos y lidiamos con el estrés es un
factor muy significativo en como éste afecta a nuestro cuerpo. Muchas personas
ignoran que el estrés tiene gran influencia en nuestro sistema inmunológico.
Particularmente el estrés crónico (situación de estrés que dura un largo
período de tiempo) aumenta los niveles de cortisol. Esto puede hacernos más
susceptibles de sufrir graves problemas de salud como por ejemplo diabetes o
enfermedades cardíacas.
7.) Falta de vitamina D
Cuando la vitamina D se une a receptores específicos, pone
en marcha una cadena de acontecimientos por los cuales muchos patógenos y
agentes tóxicos, incluyendo las células cancerosas, se vuelven inofensivas. Sin
embargo, si no hay suficiente vitamina D el organismo puede llegar a ser
abrumado y la enfermedad puede desarrollarse. Es una de las razones por las que
las personas que viven más cerca de la línea ecuatorial tienen una incidencia
mucho menor de resfriados y que en general, aumente en los lugares más lejanos
al ecuador. Aunque la vitamina D se puede obtener de fuentes dietéticas
limitadas, es la exposición directa al sol durante los meses de primavera y
verano donde obtenemos la mayor cantidad de niveles absorbibles de vitamina D. Tan
sólo 30 minutos exponiendo el torso al sol en los meses de verano es
equivalente a aproximadamente 10.000 unidades (UI) de vitamina D.
8.) Deshidratación
La deshidratación crónica puede tener una importante
incidencia en las enfermedades crónicas. Existe cierta evidencia que indica que
la deshidratación puede estar relacionada con la susceptibilidad a cánceres
específicos. Es de vital importancia mantener un buen nivel de hidratación para
ayudar al sistema inmunológico en la eliminación de los agentes de cualquier
enfermedad y así combatir más eficientemente las infecciones.
9.) Aditivos en alimentos
Los aditivos y colorantes artificiales de la industria
alimentaria crean un entorno tóxico tal que pueden ser causales de enfermedades
tales como el asma, cáncer, trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH), reacciones alérgicas, distintos defectos de
nacimiento y muchas otras.
10.) Estados de ansiedad y excesiva preocupación
Todas las emociones negativas pueden afectar las funciones
del cuerpo. Manteniendo sentimientos negativos demasiado tiempo puede llevar a que
los niveles de cortisol aumenten dramáticamente y que el sistema inmunológico
se deprima.
Las eventualidades de la vida moderna tienen un dominio
absoluto sobre la imaginación de la gente. Individuos cada vez más preocupados
por las amenazas a su seguridad, tanto real como percibida. El miedo crea un
sentido de urgencia en el cuerpo que estimula la reacción del sistema simpático.
La ansiedad y el miedo influencian todo el estado del
cuerpo, tanto los niveles hormonales como la forma en que nuestras células
inmunes son capaces de defendernos.