El bloqueo de proteínas que causan estrés también alivia el dolor crónico

Una investigación llevada a cabo en la University College de Londres, ha descubierto que un grupo de fármacos que se están desarrollando para tratar trastornos del estado de ánimo, también alivian el dolor crónico. 



dolor cronico


El estudio, publicado hace unos días en la revista “Science Translational Medicine”, revela cómo una proteína que da forma a la respuesta del cuerpo al estrés también impulsa el dolor crónico, por tanto, ofrece nuevos objetivos para tratamientos de esta patología.

Los investigadores estudiaban ratones genéticamente modificados que carecían de una proteína llamada FKBP51.
Tanto en ratones como en humanos, esta proteína es muy importante para la regulación del estrés y la tensión. Por ejemplo, algunas alteraciones del gen FKBP5 en seres humanos están vinculadas a un mayor riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos, tales como depresión y el trastorno de estrés post-traumático.
Estudios anteriores ya habían demostrado que las personas con variaciones específicas del gen FKBP5 sienten mayor dolor físico después de un trauma grave. El equipo de la UCL ahora ha descubierto que los ratones sin la proteína FKBP51 ven reducido sustancialmente el dolor crónico y la artritis. Concretamente se observó una drástica disminución de la hipersensibilidad en varios modelos de dolor persistente en los roedores.


*Nota: no confundir la proteína FKBP51, con el gen FKBP5. La FKBP51 es una proteína que está codificada por el gen FKBP5. 


En un comunicado, los autores del estudio han dicho que inhibir la proteína FKBP51 ha tenido un efecto muy potente en ratones con dolor crónico. No sólo se bloqueó el dolor de su lesión, sino que además no se ha afectado la respuesta normal al dolor. Por otra parte, tampoco se ha encontrado ningún efecto secundario negativo.

El equipo trabajó con el compuesto llamado SAFit2 (un bloqueador de la proteína FKBP51) desarrollado por el Instituto Max Plank de Psiquiatría. Este bloqueador fue creado originalmente para trastornos vinculados al estado de ánimo, fundamentalmente actuando en el cerebro para reducir el estrés y la ansiedad.
Al bloquear selectivamente la proteína FKBP51 en la médula espinal, los investigadores observaron sus efectos sobre el dolor crónico, independientemente de sus conocidos efectos sobre el cerebro. De esta forma, encontraron que el SAFit2 alivió sustancialmente el dolor crónico en ratones, por lo que este compuesto se ha transformado en un candidato más que prometedor para el desarrollo de fármacos para seres humanos.

Esta investigación también halló que una lesión puede desencadenar cambios epigenéticos a largo plazo en los circuitos sensoriales de la médula espinal. Esto, a su vez, conduce a una mayor producción de FKBP51, que contribuye a una mayor percepción de dolor en el cuerpo. Es decir, esta proteína puede prolongar la repuesta al estrés después de un traumatismo, y además, exacerba la respuesta al dolor.
Aunque esto pudo haber tenido, alguna vez, una ventaja evolutiva en el fomento de la supervivencia, en nuestro estilo de vida actual puede dar lugar a algunas enfermedades como dolor crónico, depresión y trastorno por estrés postraumático.

El dolor crónico afecta a uno de cada cinco adultos en todo el mundo y actualmente no existen tratamientos efectivos, por lo que este descubrimiento podría ser la piedra fundamental para nuevos fármacos y de esa forma tratar este padecimiento de manera segura.
  

Referencia: http://stm.sciencemag.org/content/8/325/325ra19


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