Cuando se hace correctamente, correr es una de las actividades físicas más beneficiosas que podemos hacer.
Es sabido que el ejercicio aeróbico tiene muchos beneficios
para la salud, por ejemplo, mejora la aptitud cardiovascular y la fuerza
muscular en general, por no hablar de la “euforia del corredor” ya que esta
actividad libera una serie de químicos en el cerebro que hacen sentir a la persona un momento placentero.
Pero también debemos mirar la otra cara de la moneda: las
lesiones.
La mayoría de las lesiones por correr observadas por los
médicos deportólogos son las llamadas lesiones por sobrecarga. Dichas
lesiones son debido al estrés crónico en un área particular del cuerpo y no
necesariamente se producen por un uso desmedido.
Este tipo de lesiones se producen muchas veces por cambios
repentinos en el entrenamiento, tanto en el kilometraje como en la intensidad.
Una medida preventiva es reducir la brusquedad de la marcha
y elegir mejores superficies para el ejercicio, la hierba y los senderos suaves
son mejor que el hormigón y las pistas duras. También es importante realizar un
buen calentamiento previo. Por último, el sueño y la nutrición adecuada son
vitales para permitir que el cuerpo se recupere de las microlesiones que
ocasionan este tipo de actividad.
Pero incluso tomando medidas preventivas adecuadas, muchos
corredores sucumben a distintas lesiones. Veamos las seis más comunes y qué se
puede hacer para prevenirlas o tratarlas.
1.) Síndrome de dolor patelofemoral
También llamada “rodilla de corredor” es la lesión más común
en estos casos, se produce cuando la rótula no se alinea correctamente con el
hueso del muslo mientras corre. Esto da lugar a dolor en la parte delantera de
la rodilla, que suele ser peor en el inicio de la carrera, mejorando durante la
mitad de la carrera, y duele más después de finalizar.
La solución sería reducir el kilometraje y la intensidad,
evitando rutas empinadas como colinas, etc. y la utilización de una superficie
suave. Reducir la carga de las rodillas por un tiempo sustituyendo el ejercicio
por otro de menos impacto, ciclismo o natación por ejemplo. Un antiinflamatorio
no esteroideo es una buena opción para el dolor.
2.) Síndrome de estrés medial de la tibia
Los “calambres en las piernas” se producen cuando los
músculos que rodean la tibia tiran durante las
contracciones repetitivas.
La solución aquí es similar al anterior, reducir kilometraje
e intensidad, correr en superficies blandas y comenzar un entrenamiento de bajo
impacto. También se recomienda hielo. Hay que tener en cuenta que los calambres
en las piernas también pueden ser causados por la pronación del tobillo y/o pie
plano.
El calzado con un arco de soporte adecuado es esencial para
la prevención de calambres en las piernas de los corredores.
3.) Síndrome de la cintilla iliotibial
Este síndrome se presenta con dolor en la parte exterior de
la rodilla. La banda iliotibial es una franja de tejido que se extiende desde
el exterior de la cadera hasta la rodilla. Durante el ejercicio se mueve entre
la parte delantera y posterior de la rodilla (durante la flexión de la
rodilla). Esto puede conducir a fricción y dolor.
La solución consiste en evitar el terreno que aumente la
tensión en la parte exterior de las rodillas, es decir, pistas de materiales
duros, hormigón, etc. Un calzado desgastado también puede aumentar la tensión
en la rodilla.
4.) Tendinitis en el tendón de Aquiles
El tendón de Aquiles es la unión entre el músculo de la
pantorrilla y el hueso del talón. El tendón de Aquiles es vital para la flexión
del pie. Con el tiempo, el tendón puede resultar lesionado por una flexión
plantar repetitiva.
La solución para mantener el tendón sano es correr en suelos
suaves. Si existe dolor, hielo y antiinflamatorios no esteroideos pueden ser
útiles. También se puede realizar una terapia física destinada a fortalecer el
tendón, estos ejercicios se pueden hacer subiendo y bajando el talón lentamente
con la punta de los pies apoyada en el borde de un escalón.
5.) Fascitis plantar
La fascitis plantar es la inflamación del tejido blando que
se extiende a lo largo de la parte inferior del pie (planta del pie). Esta
patología produce, por lo general, un dolor en la parte inferior del talón y
tiende a agravarse con el paso de los días.
La solución para esto es reposo y hielo. Una buena solución
es rodar bajo la planta del pie una esfera dura, como por ejemplo una pelota de
tenis. Si esto no funciona, consulte a su médico.
6.) Fractura por estrés
Se conoce como fractura por estrés al micro traumatismo
óseo de bajo impacto. El tejido óseo está formado fundamentalmente por una
material elástico: el colágeno. Dicho material se recompone continuamente
debido a los pequeños daños que se producen en los huesos al hacer ejercicio. Pero
si la actividad física es muy intensa, el daño rebasará a la capacidad de
reconstrucción del hueso. Es aquí cuando se crea la fractura por estrés. El
hueso que más se asocia a esta patología es la tibia, aunque los huesos de
cadera, muslo, tobillos y pies también pueden verse afectados. El dolor por
estas micro fracturas empeoran en el transcurso del entrenamiento, después e
incluso hasta el día siguiente.
Si sospecha que puede sufrir fractura por estrés, debe
ponerse en contacto con un médico, que puede ordenar una radiografía o
resonancia magnética para evaluar si hay daño. Generalmente se trata con una
bota de yeso para caminar o muletas, dependiendo de la ubicación y el dolor. A
medida que la fractura vaya sanando, podrá volver gradualmente a los
entrenamientos.
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