Un estudio ha hallado que el edulcorante aspartamo podría ser el disparador de diversas enfermedades, la obesidad entre ellas, ya que bloquea la actividad de una enzima intestinal.
Un equipo de investigadores del Hospital de Massachusetts
encontró un mecanismo que explica por qué el uso de aspartamo (sustituto del
azúcar) podría no promover la pérdida de peso sino todo lo contrario, además de
ser el disparador de diversas enfermedades.
Los autores del estudio observaron cómo un producto que
surge de la descomposición del aspartamo, la fenilalanina, interfiere con la
acción de una enzima llamada fosfatasa alcalina intestinal (FAI) que actúa como
previsora del síndrome metabólico. El síndrome metabólico son un grupo de
síntomas asociados con la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular.
También mostraron que ratones que recibieron aspartamo en su
agua ganaron más peso y desarrollaron diversos síntomas del síndrome
metabólico, que ratones alimentados con dietas similares pero carentes de
aspartamo.
Ya un estudio de 2013 se había advertido que los ratones que
mantenían niveles normales de la enzima FAI podían prevenir el desarrollo del
síndrome metabólico, aún con dietas ricas en grasas. Incluso en casos de
ratones que ya sufrían de síndrome metabólico era posible reducir los síntomas
aumentando los niveles de esta enzima.
Se sabe que la fenilalanina inhibe la acción de la enzima
FAI, y el hecho de que la fenilalanina se genera cuando se digiere aspartamo,
llevó a los investigadores a preguntarse si estas propiedades inhibidoras
podrían explicar la falta de eficacia del aspartamo.
La investigación
En una serie de experimentos los autores observaron que la
actividad de la FAI
se redujo notablemente cuando dicha enzima fue agregada a una solución que
contenía aspartamo, pero permaneció sin cambios cuando fue agregada a una
solución que contenía azúcar.
Para representar mejor los efectos del consumo de bebidas u
otros productos que contienen aspartamo, los investigadores siguieron cuatro
grupos de ratones durante 18 semanas.
Grupo 1: Dieta normal y agua con aspartamo
Grupo 2: Dieta normal y agua sola, sin aspartamo
Grupo 3: Dieta alta en grasas y agua con aspartamo
Grupo 4: Dieta alta en grasas y agua sin aspartamo
Los ratones del grupo 1 y 3 consumieron una cantidad de
aspartamo equivalente a dos latas de refresco diario.
Al final del estudio, estos fueron los resultados más
relevantes:
a.) Mientras que había poca diferencia entre los pesos de
los dos grupos alimentados con una dieta normal, los ratones con una dieta alta
en grasas que recibieron aspartamo ganaron más peso que aquellos que sólo
tomaron agua pura.
b.) Los ratones de ambos grupos que recibieron aspartamo
tuvieron mayores niveles de azúcar en sangre, lo que indica intolerancia a la
glucosa.
c.) Ambos grupos que recibieron aspartamo tenían niveles más
altos de la proteína inflamatoria TNF-alfa en su sangre. Dicha proteína está
asociada con el síndrome metabólico.
d.) Los ratones que recibieron aspartamo se mostraban más ansiosos con la comida, con más avidez por comer, esto obviamente está asociado con
un aumento en el consumo de calorías.
Dichos resultados pueden ayudar a explicar
por que el uso de este tipo de edulcorante es contraproducente. Si bien no se
pueden descartar otros mecanismos subyacentes, estas investigaciones muestran
claramente que la fenilalanina, procedente del aspartamo, bloquea la actividad
de la FAI ,
independientemente de otros factores.
Referencia:
https://www.sciencedaily.com/releases/2016/11/161122193100.htm
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