El ejercicio aeróbico practicado en forma regular en la edad adulta protege al cerebro del envejecimiento, ya que ayuda a aumentar circulación colateral a medida que el cerebro envejece.
En las últimas décadas, una gran cantidad de estudios han
identificado amplios beneficios neuroprotectores asociados con el ejercicio
aeróbico, por ejemplo, la aptitud cardiorrespiratoria y el menor envejecimiento
del cerebro. Investigaciones anteriores han encontrado que los adultos mayores
que hacen ejercicio con regularidad tienen un mayor volumen cerebral en el
hipocampo y el cerebelo, además poseen un mejor desempeño en tareas de memoria
y un menor riesgo de demencia en comparación con adultos mayores sedentarios,
con baja capacidad cardiorrespiratoria.
Los investigadores de la Universidad de
Carolina del Norte (UNC) presentaron recientemente más pruebas empíricas de
vanguardia que ilustran formas únicas en que el ejercicio aeróbico practicado
en forma regular (al menos 2 veces a la semana) durante la edad adulta puede
proteger al cerebro del envejecimiento.
Las rutinas aeróbicas durante la adultez joven parecen
disminuir la gravedad de un accidente cerebrovascular en una edad más avanzada
mediante la mejora de la circulación colateral, de acuerdo con los últimos
resultados de un estudio de la
UNC.
La circulación colateral es el proceso por el cual las
arterias normalmente cerradas se abren y comienzan a redirigir el flujo
sanguíneo a partes del corazón cuando una arteria coronaria está bloqueada, o a
una parte del cerebro cuando una arteria cerebral está bloqueada.
Sólo en el mundo desarrollado, aproximadamente cada 2
segundos una persona sufre un accidente cerebrovascular (ACV). Los ACV son una
de las principales causas de discapacidad grave y representan 1 de cada 20
muertes.
Envejecimiento y cerebro
A medida que las personas envejecen, la red de vasos
sanguíneos tiende a encogerse, tanto en número como en diámetro. Sin embargo,
este estudio halló que personas mayores (edad promedio 70 años) que practicaban
ejercicios aeróbicos (correr, caminar, bicicleta, etc.) en forma regular,
tenían la misma abundancia de vasos colaterales que una persona 25 años más
joven. Por el contrario, las personas de la misma edad que no practicaban
ejercicios, perdían vasos colaterales y circulación sanguínea progresivamente,
a medida que envejecían.
El estudio concluye que si una persona de la tercera edad
que practica ejercicios aeróbicos sufre un derrame cerebral, el daño será
significativamente menor, ya que los vasos colaterales mantendrán fluyendo la
sangre al cerebro a pesar del bloqueo. Además, se halló que las personas
aeróbicamente activas también tienen niveles más altos de moléculas que ayudan
a los vasos sanguíneos a funcionar correctamente y a mantenerse sanos, lo que
puede reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular.
Referencia:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0010945217300059
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