Un estudio comenzado en Suecia y seguido durante más de 40 años, quería investigar si una mayor capacidad cardiovascular en la mediana edad estaba asociada con un menor riesgo de demencia en mujeres.
Una muestra basada en 1462 mujeres de 38 a 60 años de edad fue
examinada en 1968. De estas, una submuestra que comprendió a 191 mujeres
completó una prueba de ciclismo ergométrico para evaluar la aptitud cardiovascular.
Los exámenes posteriores de incidencia de demencia se realizaron en 1974, 1980,
1992, 2000, 2005 y 2009. La demencia se diagnosticó según los criterios del
DSM-III-R sobre la base de información de exámenes neuropsiquiátricos,
entrevistas y registros hospitalarios hasta el 2012.
Los resultados indicaron que las mujeres con una buena
condición física en la mediana edad, tenían casi un 90% menos de probabilidades
de desarrollar demencia décadas más tarde, en comparación con las mujeres
moderadamente aptas, según lo publicado en “Neurology”, la revista médica del
Academia Americana de Neurología. El estudio midió la aptitud cardiovascular de
las mujeres en base a una prueba de ejercicio.
Cuando las mujeres muy aptas físicamente padecieron
demencia, desarrollaron la enfermedad, en promedio, 11 años más tarde que las
mujeres con un estado físico moderado.
“Estos datos nos dicen que mejorando la condición
cardiovascular es posible retrasar, o incluso evitar, el desarrollo de
demencia” dijo la investigadora Helena Hörder, de la Universidad de
Gotemburgo, una de las autoras de la investigación.
"Sin embargo, este estudio no muestra causa y efecto
entre la aptitud cardiovascular y la demencia, solo muestra una asociación. Se
necesita más investigación para ver si una mejor condición física podría tener
un efecto positivo sobre el riesgo de demencia y también para observar en que
momento de la vida es más importante tener una buena condición física”.
Para el estudio, las 191 mujeres con una edad promedio de 50 años, realizaron una prueba de ejercicio en bicicleta hasta que se agotaron para
medir su capacidad cardiovascular máxima. La carga de trabajo pico promedio se
midió en 103 vatios. Un total de 40 mujeres cumplieron con los criterios para
un alto nivel de condición física, de 120 vatios o más. Un total de 92 mujeres
se encontraban en la categoría de aptitud física media; y 59 mujeres estaban en
la categoría de baja actividad física, definida como una carga de trabajo pico
de 80 vatios o menos, o que se les hayan suspendido las pruebas de ejercicio
debido a la presión arterial alta, dolor en el pecho u otros problemas
cardiovasculares.
Durante los siguientes 44 años, las mujeres se sometieron a
pruebas de demencia seis veces. Durante ese tiempo, 44 de las mujeres
desarrollaron demencia.
El 5% de las mujeres muy aptas físicamente desarrolló
demencia, en comparación con el 25% de las mujeres con un estado moderado y el
32% de las mujeres con baja capacidad física. Las mujeres muy en forma tenían
un 88% menos de probabilidades de desarrollar demencia que las mujeres
moderadamente en forma.
Entre las mujeres que tuvieron que suspender el examen de
ejercicio físico debido a problemas, el 45% desarrolló demencia décadas más
tarde. "Esto indica que pueden estar ocurriendo procesos cardiovasculares
negativos en la mediana edad que podrían aumentar el riesgo de demencia mucho
más adelante en la vida", finalizó Hörder.
Referencia:
http://n.neurology.org/content/early/2018/03/14/WNL.0000000000005290
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