Las carnes rojas y la salud del corazón


carne



Durante décadas, los médicos han instado a las personas a limitar el consumo de carnes rojas y otros alimentos grasos, ya que se cree que causan enfermedades al corazón.
Pero nuevos estudios están desacreditando cada vez más esta sabiduría convencional. De hecho, ahora parece que los carbohidratos de baja calidad, no las grasas saturadas, están impulsando la epidemia de enfermedades cardíacas.

La comunidad médica frunce el ceño ante los tipos de grasas saturadas que se encuentran en la carne y los lácteos, fundamentalmente. Por ejemplo, la American Heart Association recomienda evitar la carne roja, y si las personas insisten en comerla, deben "seleccionar los cortes más magros posibles". Las pautas nutricionales sugieren que menos del 10% de las calorías diarias provengan de grasas saturadas, mientras que la AHA recomienda incluso menos.

Estas recomendaciones nunca han sido respaldadas por investigaciones rigurosas. La idea de que las grasas saturadas causan enfermedades del corazón se deriva de estudios observacionales de décadas atrás. Los investigadores les pidieron a los participantes que completaran largos cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios y luego siguieron su salud a lo largo del tiempo.

Los autores de dichos estudios notaron que las personas que comían muchas grasas saturadas eran más propensas a contraer enfermedades al corazón. Por tanto, concluyeron que la carne y los lácteos eran la raíz de todas nuestras enfermedades crónicas, especialmente las enfermedades del corazón. Sin embargo, los investigadores posteriores encontraron que, en muchos casos, los científicos escogieron datos para respaldar esa conclusión.

Más importante aún, este tipo de afirmaciones observacionales son científicamente débiles. En 2011, un análisis exhaustivo de 52 análisis separados realizados en estudios observacionales concluyó que ninguno es correcto.


Los estudios observacionales solo pueden mostrar correlación, no probar causalidad

Los vegetarianos, por ejemplo, tienen tasas más bajas de enfermedades del corazón. ¿Esto se debe a su dieta sin carne? ¿O porque también tienden a fumar menos y hacen más ejercicio que las personas que comen grandes cantidades de carne? Los estudios observacionales no pueden resolver este tipo de problemas.

En los últimos años, numerosos equipos de investigadores de todo el mundo han revisado abundantes datos sobre las grasas saturadas y concluyeron que estas grasas no tienen ningún efecto sobre la mortalidad cardiovascular.
Una reciente revisión exhaustiva de dos docenas de estudios de alta calidad realizados por investigadores de la Universidad de Purdue no encontró ningún vínculo entre la ingesta de carne roja y cualquier resultado cardiovascular negativo. En un análisis separado de 2014 que examinó 72 ensayos observacionales y clínicos diferentes que involucraron a más de 650 mil personas, el investigador principal concluyó que "no es la grasa saturada la que debería preocuparnos".


Entonces, ¿de qué deberíamos preocuparnos?: Hidratos de carbono

Considere cómo ha evolucionado la dieta occidental. Los datos más recientes revelan que de 1970 a 2014, la disponibilidad de carne roja cayó un 28%. La disponibilidad de leche entera disminuyó en un 70% en favor de la descremada. Y las grasas animales, como la mantequilla y la manteca de cerdo, cayeron un 25%.


Si las grasas saturadas fueran realmente el problema, la obesidad, la diabetes y las tasas de enfermedades cardíacas deberían haber caído en picado junto con esta caída en el consumo de grasas saturadas.


En cambio, las tasas de enfermedad se han disparado, en gran parte porque las personas reemplazaron las grasas saturadas con productos ricos en carbohidratos. De 1970 a 2014, la disponibilidad de carbohidratos aumentó un 28%. El cuerpo convierte estos carbohidratos en glucosa, elevando así los niveles de azúcar en la sangre que, con el tiempo, pueden contribuir a la obesidad, la diabetes y las enfermedades del corazón.
Una nueva investigación apoya esta idea. Un gran análisis, que incluyó 135 mil personas de 18 países, reveló que las personas que consumieron dietas altas en carbohidratos tenían un 28% más de probabilidades de morir durante el estudio, que las personas con una ingesta más baja de carbohidratos. Por el contrario, aquellos que consumieron la mayor cantidad de grasas saturadas tuvieron las tasas más bajas de infarto.

Aún más revelador es un reciente estudio clínico controlado en personas con diabetes tipo 2 realizado con evidencia de alta calidad. Investigadores de la Universidad de Indiana descubrieron que minimizar los carbohidratos mientras se fomenta la grasa, incluida la grasa saturada, revirtió la diabetes en el 60% de los pacientes después de 1 año. La dieta también redujo la inflamación y los triglicéridos, y aumentó el HDL, el llamado colesterol bueno, todos indicadores fuertes para mejorar la salud cardíaca y metabólica.

Investigaciones adicionales apuntan específicamente a los beneficios potenciales de comer carne roja mientras se disminuyen los carbohidratos. Dos estudios dirigidos por investigadores de la Universidad de Western Australia descubrieron que la sustitución de alimentos ricos en carbohidratos con carne roja reducía la inflamación y la presión arterial.

Los expertos médicos siempre han dispensado consejos no probados sobre la carne. Pero las últimas investigaciones indican que la carne roja y las grasas saturadas no son dañinas cuando se combinan con una dieta baja en carbohidratos.


Referencias:

https://www.nutritioncoalition.us/saturated-fats-do-they-cause-heart-disease/

https://www.purdue.edu/newsroom/releases/2016/Q4/nutrition-data-review-shows-red-meat-has-neutral-effect-on-cardiovascular-disease-risk-factors.html

https://www.adn.com/science/article/big-study-casts-doubt-saturated-fats-link-heart-disease/2014/03/18/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28864332


No hay comentarios:

Publicar un comentario