Cuando tenemos un resfriado, es muy común que pensemos en
tomar vitamina C o zinc, o quizás también una infusión de equinácea, que es
excelente para enfermedades del sistema respiratorio. Cuando estamos teniendo
problemas para dormir, es probable que pensemos en alguna infusión que nos ayude,
como por ejemplo, té de valeriana, o también en consumir melatonina. Si estamos
pasando por un por un período de estrés o ansiedad quizás pensemos en la
práctica de yoga o alguna otra técnica de meditación como una opción.
Sin embargo, cuando tenemos un dolor de espalda, es muy
probable que en lo primero que se piense para calmarlo es en algún medicamento,
como el paracetamol o el ibuprofeno, o incluso algo más fuerte prescrito por el
médico. Es decir, las opciones naturales no son en lo primero que se piensa
cuando se trata de calmar el dolor.
Pero los analgésicos de venta libre no son tan benignos como
parecen, ya que su uso a largo plazo pueden causar problemas en el corazón y
riñones. Y los analgésicos de venta con receta pueden tener efectos secundarios
significativos, por no mencionar el potencial que tienen de convertirse en una
adicción.
Se calcula que hoy en el mundo hay unas mil millones de
personas que viven con dolor crónico, y si usted es una de ellas, sabrá lo
angustiante que puede llegar a ser. El dolor puede impedir trabajar, tensionar sus relaciones de pareja, y muchos
otros problemas, por tanto, suena lógico que las personas quieran hacer algo al
respecto.
La buena noticia es que hay remedios y técnicas naturales que han resultado ser muy eficaces para el dolor. Lo importante es ir probando para saber cual es la que mejor funciona para usted.
Veamos algunas de estas opciones:
La buena noticia es que hay remedios y técnicas naturales que han resultado ser muy eficaces para el dolor. Lo importante es ir probando para saber cual es la que mejor funciona para usted.
Veamos algunas de estas opciones:
Árnica Montana: Es una planta de la familia de las asteráceas,
en algunos países se la conoce como tabaco de montaña. La manera más sencilla
de encontrarla es en forma de gel o pomada, aunque también se puede utilizar en
compresas en la zona afectada. Es muy apreciada por su efectividad en tratar dolores
musculares y lesiones. Además ha demostrado ser de gran ayuda en la artritis
reumatoide. También es utilizada para combatir las estrías del
embarazo.
La capsaicina: Se extrae de las plantas, especialmente de
los pimientos picantes ya que es el principal componente activo de muchos de
ellos. También se puede conseguir como crema tópica. La capsaicina ha
demostrado ser eficaz para tratar el dolor de cuello, la osteoartritis y la
artritis reumatoide. También es utilizado en casos de neuropatía diabética.
Aceite de hígado de bacalao: Estudios realizados por el
investigador Haim Shapiro sugieren que los ácidos grasos omega 3 tienen el
potencial de ayudar con el dolor neuropático e inflamatorio. Anteriormente, en
estudios realizados en 1996 por el profesor de la Universidad de Oslo,
Willy Eriksen, se halló que personas con dolor músculo-esquelético obtuvieron
alivio tomando 2 cucharaditas de aceite de hígado de bacalao al día.
Extracto de corteza de sauce: El secreto de la corteza de
sauce está en un componente activo llamado salicina, que actúa de manera muy
similar a la aspirina. Se utiliza para el dolor muscular, dolor de cabeza,
artritis, dolores de espalda (sobre todo es muy eficaz para dolores en la parte
baja de la espalda), osteoartritis, gota y espondilitis anquilosa (una
enfermedad de la columna vertebral).
Ejercicios de meditación o relajación: La tensión muscular
puede ser un importante contribuyente al dolor. Tiene sentido entonces, que las
distintas técnicas de relajación puedan ser muy eficaces para cambiar nuestra
percepción del dolor. Por ejemplo, las investigaciones muestran que la terapia
cognitivo conductual ha demostrado ser eficaz para reducir el dolor en la parte
baja de la espalda.
La atención plena o mindfulness si bien no es considerada
por mucha gente como exactamente una técnica de relajación, sin embargo ha
resultado ser efectiva en el alivio del dolor crónico. El yoga, en cambio, ha
demostrado eficacia en dolores de cabeza, de cuello, lumbar y de espalda.
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