Tradicionalmente, la ketamina (un anestésico para equinos) era conocida por su uso como droga recreativa entre algunas personas, pero ahora está siendo considerada como el mayor avance en el último medio siglo para el tratamiento de la depresión.
Se ha demostrado que en tan solo media hora la ketamina
destierra pensamientos negativos severos, e incluso suicidas, en pacientes con
depresión resistente al tratamiento convencional, a menudo después de que se
hayan agotado todas las demás opciones. Y los efectos positivos pueden durar
semanas.
Ahora, un estudio, publicado en la revista 'Nature', ha podido
arrojar luz sobre cómo la ketamina bloquea la mecánica de estos problemas
agudos de salud mental, lo que podría ser un paso hacia una nueva generación de
medicamentos.
Si bien el tratamiento actualmente está disponible en
algunos países, este debe ser administrado por un profesional, y es el último
recurso después del fracaso de otras opciones, porque la ketamina puede ser
utilizada recreativamente (droga) y también, si no se administra adecuadamente,
puede inducir a un estado psicótico temporal similar a la esquizofrenia.
En comparación con los antidepresivos tradicionales, que pueden
tardar días antes de que se observe una mejora en el estado de ánimo del
paciente, la acción rápida de la ketamina hizo pensar a los científicos que
estaba actuando sobre un área fundamental de la química cerebral de la
depresión.
Es así que un equipo de médicos y neurocientíficos de la Universidad de
Zhejiang en China, ha demostrado que lo que ocurre es que apaga un estallido
errático de impulsos eléctricos que se activan en las neuronas de una región
del cerebro conocida como la habénula lateral.
"La habenula lateral es como el centro anti recompensa
del cerebro", dijo el autor principal del estudio, el profesor Hailan Hu.
Cuando se activa, actúa contra las áreas donde los
neurotransmisores que estimulan el estado de ánimo (dopamina y serotonina) se producen
y se recolectan en el cerebro.
"La habenula lateral inhibe estos centros de
recompensa", agregó. "Entonces, cuando entra en modo de híper-activación,
la supresión se vuelve mucho más fuerte”.
El equipo del profesor Hu ha estado examinando esta región
cerebral, usando ratas para observar las diferencias en los cerebros deprimidos
y normales, durante varios años y había identificado patrones de actividad
eléctrica irregular que pensaba que podrían estar jugando un papel. Pero
identificar que este rápido "disparo de ametralladora" de impulsos
eléctricos en la habenula lateral fue bloquado por la ketamina, fue un
"descubrimiento fortuito".
"En experimentos anteriores, habíamos administrado
ketamina generalmente en el cuerpo, por lo que no sabíamos cual región del
cerebro se estaba viendo afectada", dijo el profesor Hu. "Pero en
este estudio la inyectamos directamente en la habenula lateral y nos
sorprendimos al descubrir que solo afectando esta área era suficiente para
tener este efecto antidepresivo tan rápido".
Esto fue similar al rápido alivio en los síntomas que se
pueden observar en pacientes humanos, y sugiere que los notables efectos de la
ketamina se derivan, en gran parte, de esta área, ya que no se están tratando
otras partes del cerebro.
Posteriormente, con más experimentos, pudieron mostrar que
un grupo de receptores (NMDAR) están causando estas señales que están siendo
bloqueadas por la ketamina.
Estos hallazgos sugieren que las acciones terapéuticas
de la ketamina podrían relacionarse, al menos en parte, con su capacidad para
bloquear una hiper-activación en la habénula lateral.
Este conocimiento podría facilitar el desarrollo de
antidepresivos de próxima generación relacionados con la ketamina, que se dirigirán
específicamente a la actividad del habénula lateral y que además podrían
eliminar dos efectos secundarios importantes de la ketamina: su potencial de
abuso y la inducción a un transitorio estado psicótico.
Referencia:
https://www.nature.com/articles/nature25509
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