Una investigación ha hallado que algunas de las principales enfermedades mentales comparten patrones de actividad genética en el cerebro, lo que aumenta la esperanza de mejores diagnósticos y terapias.
Un análisis a gran escala de cerebros post-mortem revela rastros moleculares distintivos en personas con enfermedades mentales. La pasada semana, un equipo internacional de investigadores informó que cuatro importantes trastornos psiquiátricos tienen patrones de actividad genética que a menudo se superponen, pero también varían en formas específicas de la enfermedad.
Los científicos analizaron datos de 700 cerebros humanos de
pacientes que en vida habían sufrido trastornos psiquiátricos importantes, y
también de personas que no habían sido diagnosticadas con enfermedades
mentales.
Se hallaron niveles similares de moléculas particulares en
el cerebro de personas con autismo, esquizofrenia y trastorno bipolar; otras
similitudes entre la depresión bipolar y la depresión mayor; incluso se
hallaron ciertas coincidencias entre la depresión mayor y el alcoholismo.
"Estamos en el umbral del uso de la genómica y la
tecnología molecular para examinar las enfermedades mentales de una manera que
nunca antes hemos podido hacer", dijo Daniel Geschwind, neurogenético de la Universidad de
California y líder del estudio. "Los trastornos psiquiátricos no tienen
una patología obvia en el cerebro, pero ahora tenemos las herramientas
genómicas para preguntar qué es lo que realmente falla en ellos".
Estos patrones relacionados entre las enfermedades implican
una interrupción en la forma en que las células del cerebro se comunican entre
sí.
"Lo que estamos viendo son alteraciones en la forma en
que las neuronas se conectan entre sí", dijo Geschwind. "Creemos que
algo de esto es una actividad confusa. Ese es el siguiente paso para conectarlo
a la fisiología: cómo afectan estos cambios a la activación y conectividad
neuronal".
Muchos estudios han identificado variaciones en el código
genético que parecen ser más comunes en personas con trastornos psiquiátricos.
Este enfoque va un paso más allá para mostrar cómo los genes son más o menos
activos en el cerebro de personas con diversas condiciones. El estudio confirmó
que las variaciones genéticas contribuyeron a los patrones de actividad en los
cerebros, pero, como escribieron los autores, "indudablemente también hay
una contribución de los efectos ambientales".
Los trastornos psiquiátricos tienen algunos síntomas
superpuestos, lo que los hace difíciles de diagnosticar. Las "firmas" moleculares en el nuevo estudio sugieren que la esquizofrenia, el trastorno
bipolar y el autismo tienen sinapsis disfuncionales, los puntos de contacto
entre las neuronas donde intercambian información. Las células de soporte
cerebral llamadas microglia y astroglia también tenían patrones de actividad
inusuales en algunos de los trastornos.
Otra serie de hallazgos insinuaba las raíces moleculares del
autismo. El estudio mostró, por ejemplo, que muchos genes en la corteza
cerebral están activos tanto en la esquizofrenia como en el autismo, pero son
mucho más activos en el autismo. Esto sugiere que la sobreexpresión de genes
podría desempeñar un papel en los síntomas del autismo. Mientras tanto, los
genes vinculados a la activación neuronal mostraban insuficiencia en el
autismo, así como en la esquizofrenia y el trastorno bipolar, lo que sugiere
que los cambios en la comunicación de las células cerebrales juegan un papel en
las tres afecciones.
Geschwind dice que esta es una oportunidad para acercarse a
la terapia molecular dirigida, al igual de como se hace con el cáncer.
"Esto nos da el primer mapa de ruta de lo que realmente está pasando con
estos trastornos".
Referencia:
http://www.sciencemag.org/news/2018/02/major-mental-illnesses-unexpectedly-share-brain-gene-activity-raising-hope-better
No hay comentarios:
Publicar un comentario