Si bien pueden haber síntomas, a veces muy leves, aproximadamente el 35% de los ataques al corazón son asintomáticos, o sea, ocurren sin previo aviso.
Es por ello que muchas personas que lo sufren están solas o
también puede ocurrir que aquellos que les acompañan no tienen los
conocimientos básicos para hacer frente a una situación de esta naturaleza.
Por tanto, si de repente siente que su corazón late “mal” o
siente un dolor agudo en el centro del pecho o del lado izquierdo y tiene un
malestar como que está a punto de desmayarse, debe saber que en ese preciso
instante seguramente esté sufriendo un infarto y que usted tiene
aproximadamente 10 segundos antes de perder la conciencia.
Lo que mucha gente no conoce, es que ante una situación como
esta, es posible hacer algo para ayudarnos a nosotros mismos. Para ello, lo más
importante es no perder la conciencia, no entrar en pánico y empezar a toser y
respirar profundamente, sobre todo toser lo más fuerte que se pueda.
Hacer una inspiración profunda cada vez antes de toser,
posteriormente toser fuerte y lo suficientemente hondo, como si estuviera
tratando de deshacerse de algo que ha quedado atorado en su garganta.
Respiración y tos de continuo, sin descanso hasta que un
médico pueda llegar hasta usted y tome el control de la situación o hasta que
su corazón vuelva a latir con normalidad.
La tos es una forma de compresión, similar a cuando se practica
reanimación cardiopulmonar y las respiraciones profundas permiten que el
oxígeno llegue a los pulmones.
Esta técnica ayuda a que el flujo sanguíneo y el corazón
sigan funcionando normalmente. Las compresiones ayudan al corazón a equilibrar
el ritmo.
Es una forma perfecta de evitar cualquier daño adicional, al
menos hasta que llegue una ayuda idónea.
Si todos supiéramos esta sencilla técnica, seguramente
muchas vidas se salvarían.
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