Una reciente investigación de la Universidad de Bristol
ha hallado que las personas mayores podrían mejorar su resistencia ósea
realizando series de pequeños saltos todos los días.
Un estudio de la
Unidad de Investigación sobre trastornos Músculo-Esqueléticos
de la Universidad
de Bristol (Inglaterra) afirma que de esta forma las personas de la tercera
edad podrían aumentar la densidad y resistencia de sus huesos, lo que a su vez
podría reducir el riesgo de caídas y fracturas. Los resultados de esta
investigación fueron publicados en la revista “International
Osteoporosis”.
La fractura de huesos, además de ser dolorosa, puede ser un
punto de inflexión en la vida de las personas mayores ya que contribuye en la
pérdida de confianza y en la merma de independencia, debido sobre todo, a que
serán menos capaces de hacer cosas por sí mismas. Particularmente la fractura
de cadera puede llevar a una disminución de la capacidad funcional y
generalmente tiene un impacto significativo en la calidad de vida de la
persona. Una muestra de esto es que las tasas de mortalidad entre las personas
mayores de 60 años después de ser hospitalizadas debido a una fractura de
cadera son de 36% para hombres y 21% para mujeres, dentro del año posterior a
la internación.
Los autores del estudio encontraron que las personas de más
avanzada edad estaban preocupadas por el daño que este ejercicio podría causar
en sus articulaciones o caerse. Sin embargo, al informarles que este tipo de
actividad física les permitiría ser más independientes durante más tiempo, la
mayoría de los participantes aceptó ser parte del estudio.
Los investigadores también encontraron que los participantes
estaban interesados en aprender una actividad física que les pudiera mantener
su movilidad, independencia y relaciones sociales.
Se utilizaron cinco grupos integrados por hombres y mujeres
mayores de 65 años. Los ejercicios consistieron en dar saltos
multidireccionales o saltos en un mismo lugar, en este último caso bien podría
ser tomado de un mueble, una puerta o mesa para personas que sientan que pueden
perder el equilibrio y caer durante los ejercicios.
Las sesiones supervisadas se realizaron una vez por semana
durante el primer mes y luego, una vez cada 15 días durante los siguientes 3
meses. El resto de los días las personas hacían los ejercicios en su propio
hogar.
Las sesiones de ejercicios comenzaron siendo tres series de
10 saltos por día, entre cada serie se realizan de 10 a 20 segundos de descanso.
La persona debía ir subiendo progresivamente la cantidad de saltos hasta
completar cinco series de 10 saltos todos los días, requeridas como meta por
los autores de la investigación.
Hacia el final del estudio, sólo 3 personas se habían
retirado del experimento.
Los resultados finales arrojaron que, durante los meses que
duró el sondeo, la mejora en la
DMO (densidad mineral ósea) de los participantes fue, en
promedio, de 0,3. Tengamos en cuenta que los investigadores compararon los
datos con un grupo de control, personas inactivas que no hicieron ningún
ejercicio físico durante el estudio, en ese mismo período de tiempo el grupo de
control perdió 0,2 de DMO. Es decir, las personas que participaron de la
investigación conservaron y ganaron masa ósea, mientras que el grupo de control
la perdía.
Para terminar, decir que posteriormente al estudio se
reportaron mejoras por parte de los participantes en cuanto a un mejor
equilibrio, un aumento en la movilidad, mayor resistencia a la fatiga, más
fuerza y mejor coordinación.
Por último, los autores de la investigación creen que este
ejercicio se podría habituar sin problemas dentro de las actividades cotidianas
de muchas personas mayores, fundamentalmente por ser una práctica sencilla, y
que debido a esto, podría ayudar a facilitar su adopción en el largo plazo.
Referencia: http://link.springer.com/article/10.1007/s00198-015-3376-7
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