Una nueva investigación publicada en “The Journal of the
American Medical Association” halló que la dieta tuvo que ver en casi la mitad
de todas las muertes relacionadas a enfermedades cardíacas, accidente
cerebrovascular (ACV) y diabetes tipo 2. Esto quiere decir que lo que comemos no sólo puede afectar
lo bien que podemos estar, sino que también incide en cuánto tiempo podemos
vivir.
La investigación
El estudio, realizado en la Universidad de Tufts
(Boston, Massachusetts) determinó que, básicamente, 10 nutrientes son los culpables por el 45,4% de las muertes (casi 319 mil
casos) en el transcurso de un año.
Los investigadores descubrieron que el mayor número de
muertes cardiometabólicos relacionadas con la dieta estaban vinculadas con
comer demasiada sal, bebidas azucaradas, carne procesada y sin procesar,
mientras que no se consumía suficiente frutas, verduras, granos enteros,
mariscos, grasas omega-3 y grasas poliinsaturadas (que se encuentran en las
nueces, las semillas de lino, pescados y semillas de girasol).
"Se estimó que los factores dietéticos estaban
asociados con una proporción sustancial de muertes por enfermedad cardíaca,
accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2", dijeron los autores del
estudio. "Estos resultados deben ayudar a identificar las prioridades,
guiar la planificación de la salud pública, e informar las estrategias para
alterar los hábitos dietéticos y mejorar la salud".
La principal causa de
muerte en el mundo para los mayores de 45 años es la cardiopatía coronaria, y
los datos indican que representan una de cada siete muertes de hombres y una de
cada ocho en mujeres.
Señalar a lo que comemos como culpable de nuestra salud es
notoriamente difícil. No sólo la gente tiende a subestimar lo que están
comiendo (y sus cantidades), también existe el reto de aislar los efectos de
los nutrientes de forma individual y los alimentos en sí, en comparación con
los muchos otros factores que afectan a nuestra salud.
"Mejorar la calidad de la dieta podría ayudar a
prevenir una gran fracción de muertes cardiometabólicas, como así también
reducir las disparidades sanitarias", escribieron los autores del estudio.
"Hay cierta precedencia -como los ensayos realizados sobre la dieta
mediterránea- que la modificación de la alimentación puede reducir el riesgo de
enfermedades cardiovasculares entre un 30 y un 70%".
En los países desarrollados, menos de la mitad de los
adultos cumplen con las pautas dietéticas para el consumo diario recomendado de
dos o más frutas, mientras que el 93% no come las cinco porciones recomendadas
de verduras.
Al menos en los países occidentales, casi todo el mundo está
comiendo una dieta que es subóptima en términos de su salubridad potencial,
todo el mundo come un poco de comida chatarra, un poco demasiada sal, un poco
demasiada grasa. Esto significa que "pequeños cambios incrementales"
pueden marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida.
Dichos resultados también deberían ser un impulso para las
autoridades en establecer estrategias y ayudar a variar las costumbres dietéticas
de la población.
Referencia:
http://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2608221
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