Para algunas personas volver al trabajo despues de las vacaciones puede ser una verdadera tortura. ¿Sería mejor para nuestra salud recordar el pasado de forma positiva?
Una investigación que se publica en la revista "Universitas Psychologica" afirma que la actitud de los individuos hacia los eventos pasados, las vivencias presentes o las expectativas futuras, influye en su salud y en su calidad de vida.
Dicha investigación asegura que cuando las personas tienen una actitud negativa hacia los eventos pasados de su vida, y al mismo tiempo, se tiene una actitud pesimista o fatalista respecto de los eventos presentes, se generan mayores problemas en sus relaciones y son estas personas las que presentan los peores indicadores en calidad de salud.
Una vez agrupados por perfiles según su estimación del tiempo, aplicaron a los encuestados un cuestionario de calidad de vida para medir su salud física y mental. “Según lo observado en nuestro estudio, la dimensión más influyente es la percepción del pasado. Una visión negativa de este se relaciona altamente con peores indicadores de salud”, apuntan los investigadores.
Las personas con esta tendencia negativa reportan dificultades para esforzarse físicamente en actividades las del día a día, además de limitaciones físicas para el rendimiento en el trabajo; también perciben mayor dolor corporal y tienen mayor predisposición a enfermar. “Además, presentan tendencia a estados depresivos, ansiosos y alteraciones conductuales en general”, añade el estudio.
¿Preocuparse excesivamente por el futuro, daña la salud?
Claramente el perfil equilibrado es el ideal puesto que resulta de una actitud saludable en las tres zonas temporales. Son personas que aprenden positivamente de las experiencias pasadas, se orientan al cumplimiento y autoexigencias de metas en el futuro, pero no descuidan la posibilidad de vivir emociones y experiencias agradables y placenteras en el presente.
Por otro lado, concluye el estudio, las personas orientadas excesivamente al futuro, es decir, individuos que dejan todo por cumplir metas y exigencias personales olvidándose de vivir experiencias agradables en el presente y con poca conexión con sus experiencias pasadas positivas, no tienen mala salud física y mental, pero poseen menor calidad de vida que las personas del grupo equilibrado.