Porqué comemos cuando estamos deprimidos


¿Porqué acudimos a la comida cuando nos sentimos tristes o deprimidos?
Además... ¿porqué esos alimentos, por lo general, son ricos en grasas o dulces?
Una investigación de la Universidad de Leuven (Bélgica), reveló que la sensación de desahogo al comer este tipo de alimentos, se produce por la relación directa entre estómago y cerebro.



Que la comida reconforta, eso no es ninguna novedad, sin embargo los expertos no habían podido definir por qué recurrimos a los alimentos grasosos o dulces cuando estamos tristes, gran parte de la investigación existente sobre las emociones y su vinculación con los alimentos está relacionada con experiencias anteriores de cada persona, el sabor, el olor, la textura, por eso se creía que los recuerdos asociados a ciertas comidas eran la razón de lo que se denomina "alimentación emocional".

Para esta nueva investigación, los participantes fueron alimentados mediante una sonda gástrica, a los 12 voluntarios, todos ellos con un peso normal, les dieron dos tipos de comida directamente a su estómago sin revelarles el contenido, a unos una solución con ácidos grasos y a otros una solución salina de control.

Posteriormente indujeron sentimientos de tristeza en los participantes, mostrándoles imágenes de rostros con expresiones de aflicción en una computadora, acompañada de música clásica. Un sondeo entre los voluntarios sobre su estado de ánimo reveló que quienes recibieron la solución salina percibieron la música clásica más triste que aquellos que recibieron la solución grasa.
Las imágenes de resonancia magnética capturadas durante el experimento reafirmaron estas apreciaciones, la solución grasa redujo la actividad en partes del cerebro relacionadas con el sentimiento de tristeza.

Esta es una de las primeras investigaciones que demuestra que el efecto de la comida en el ánimo es independiente de los estímulos placenteros, aunque las causas biológicas no están claras, los resultados del estudio sugieren que el estómago podría influir en el cerebro al liberar hormonas.

Los estímulos negativos que recibieron los participantes de la investigación son mínimos, comparado con las motivaciones que pueden impulsar a una persona a comer de manera emocional: la perdida de un ser querido, un divorcio, pérdida del empleo, una enfermedad, etc. 
Por eso,  se aconseja limitar la búsqueda de consuelo en la comida para evitar problemas de sobrepeso.