Hace unas semanas la prestigiosa revista científica “The New
England Journal of Medicine” publicó un profundo estudio en el cual se
investigaba si una alimentación sana podría llegar a mejorar la calidad de vida
de personas con riesgo vascular.
El método nutritivo que se tomó como punto de partida, por
considerarse de gran calidad, fue la “dieta mediterránea”.
La investigación tuvo una duración de 5 años.
Dicha investigación tuvo como principal finalidad demostrar,
con el más alto grado de certeza científica, el efecto de la Dieta Mediterránea
en la previsión y mejoría de enfermedades cardiovasculares.
A tales efectos, se realizó un estudio de investigación
nutricional, en el cual se les
realizó un seguimiento a más de 7 mil personas con riesgo medio o alto de
enfermedad cardiovascular.
El sistema consistió en ir evaluando a personas que ya estaban siendo atendidas en distintos centros hospitalarios. A un grupo de ellos se les convenció que hicieran durante un tiempo la "Dieta Mediterránea" controlada por un equipo de nutricionistas.
El sistema consistió en ir evaluando a personas que ya estaban siendo atendidas en distintos centros hospitalarios. A un grupo de ellos se les convenció que hicieran durante un tiempo la "Dieta Mediterránea" controlada por un equipo de nutricionistas.
Veamos los resultados más relevantes.
Cuales fueron las conclusiones
El resultado más relevante de la investigación es que la dieta
mediterránea tradicional reduce en un 32% el riesgo de sufrir un inconveniente
vascular en personas con riesgo alto; a diferencia de una dieta baja en grasas,
que es la que se suele recomendar a las personas con este tipo de problemas.
Cuando hablamos de inconveniente vascular nos estamos
refiriendo a: accidente cerebrovascular, infarto de miocardio o muerte a causa
de problemas vasculares.
Básicamente, que es la Dieta Mediterránea
Cuando se habla de “Dieta Mediterránea” se refiere a la
dieta tradicional de los países del alrededor del mar Mediterráneo.
Se determina por un generoso consumo de aceite de oliva, verduras,
frutas, cereales integrales, frutos secos, pescados, legumbres, junto con un escaso
consumo de carne y de productos lácteos. A esto le podemos agregar un
consumo moderado de vino tinto, en lo posible durante las comidas. Queda
excluida toda bollería industrial y bebidas
azucaradas.
Comidas con abundancia de
polifenoles ¿previenen el Alzheimer?
En el mismo sentido que en las enfermedades cardiovasculares, el
modelo en la previsión de enfermedades neurológicas es seguir una pauta de
alimentación provechosa como la dieta mediterránea.
Pero al analizar cuáles pueden ser los nutrientes fundamentales
de esta dieta, allí se destacan los “polifenoles”.
Los polifenoles son unos compuestos bioactivos que
sintetizan las plantas para defenderse de las hostilidades externas como la falta
de agua, sequías o plagas. Consumidos por el ser humano, éste obtiene muchos de
estos efectos beneficiosos, imprescindibles para las plantas.
Se ha comprobado que cuanto más alto es el consumo de polifenoles en la dieta humana, más se reduce el riesgo de padecer un deterioro cognitivo.
Se ha comprobado que cuanto más alto es el consumo de polifenoles en la dieta humana, más se reduce el riesgo de padecer un deterioro cognitivo.
Es sabido por los científicos que con una dieta rica en polifenoles, es
posible retrasar la aparición del Alzheimer.
El alcohol: ¿es bueno o malo?
El vino tinto y la cerveza, forman parte de la dieta
mediterránea, ya que son bebidas ricas
en polifenoles, especialmente el vino tinto. Numerosas investigaciones
epidemiológicas han indicado que el consumo moderado del vino y cerveza son
saludables para la salud, en especial por su incidencia positiva sobre el
sistema cardiovascular y en enfermedades degenerativas, diabetes, etc.
La obesidad
Conjuntamente con la diabetes, la obesidad será una de las
epidemias de este siglo.
A la cada vez peor alimentación, hay que sumarle una
reducción de nuestra actividad física, esto explica porque los índices de
sobrepeso y obesidad están creciendo año tras año. Hay sobradas evidencias de
que la obesidad está ligada al desarrollo de una cantidad importante de
enfermedades crónicas.
Otro capítulo aparte es la obesidad infantil que se está
tornando un verdadero drama en varios países de Europa y América.