Científicos de la Universidad de Oxford han identificado un gen que
en las mujeres está vinculado a la producción y ubicación de nuevas células de
grasa, y que dicha ubicación contribuye a un mayor o menor riesgo de diabetes
tipo 2.
El estudio examinó el efecto de un gen llamado KLF14. Los
investigadores encontraron que las variaciones genéticas que controlan el KLF14
tienen poco impacto en el peso general, pero tienen un marcado impacto en el
lugar donde se almacena el exceso de grasa en el cuerpo.
Particularmente en las mujeres, las versiones del gen que
provocan que la grasa se deposite preferentemente alrededor de las caderas (en
lugar de alrededor del abdomen) proporcionan protección contra la diabetes.
Las diferentes variaciones del KLF14 tienen un impacto en el
desarrollo de las células de grasa, y un efecto sorprendente en su tamaño. En
las mujeres que portan la versión del gen KLF14 que se asocia con un mayor
riesgo de diabetes, estas células son mucho más grandes y llenas de grasa. Es
probable que esto ocurra porque, en primer lugar, al ser más grandes, hay menos
células de este tipo, por lo que cada célula necesita consumir más grasa. Esto
produce células grasas insalubres e ineficientes que tienen más probabilidades
de contribuir a la diabetes.
El estudio, que fue una colaboración internacional con el
King's College de Londres, la
Universidad de California y la Universidad de
Pensilvania, también mostró que los efectos de estas variaciones genéticas eran
específicos de las mujeres. Además, solo las versiones del gen heredado de la
madre son los que están activos.
En las mujeres que heredaron la versión de
mayor riesgo del gen de sus madres, tienen un 30% mayor de probabilidades de
sufrir diabetes.
Los descubrimientos proporcionan nuevos conocimientos sobre
algunos de los mecanismos implicados en el desarrollo de la diabetes, y señalan
que las anomalías en el tejido graso, así como en el hígado y en las células
productoras de insulina del páncreas también pueden contribuir. Se anticipa que
esta comprensión puede conducir a mejores formas de tratar y prevenir la
diabetes en el futuro.
El Dr. Kerrin Small, experto en epidemiología genética y uno
de los autores del estudio dijo que estos hallazgos proporcionan una de las
comprensiones más completas de un dato genético: “se ha estudiado el gen KLF14
hasta el punto de que entendemos no solo dónde y cómo actúa en el cuerpo, sino
también en cuales personas actúa”.
"Esperamos que al desarrollar estos hallazgos con más
investigaciones para tratar de comprender por qué la variante genética solo
afecta el riesgo de diabetes en mujeres, podamos contribuir a mejores planes de
tratamiento y prevención, y avanzar hacia enfoques más personalizados de la
enfermedad".
El profesor Mark McCarthy, otro de los autores dijo: Se sabe que el exceso de peso aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, pero
este estudio muestra que no todas las grasas son iguales: el lugar donde se
almacena cualquier exceso de grasa tiene un gran impacto en el riesgo de la
enfermedad. Aquí identificamos un gen clave involucrado en las mujeres para
determinar si el exceso de grasa se almacena alrededor de las caderas (donde
tiende a estar libre de consecuencias metabólicas) o alrededor de la cintura
(donde es particularmente probable que aumente el riesgo de diabetes).
“En lugar de suponer que las variaciones genéticas ejercen
sus efectos de la misma manera en diferentes personas, este estudio destaca la
importancia de adoptar un enfoque 'holístico' para comprender las causas de la
enfermedad, examinando cómo funcionan los genes en diferentes tejidos y en
diferentes sexos”.
Referencia:
https://www.nature.com/articles/s41588-018-0088-x
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