Definición
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno de la ansiedad que se caracteriza por la aparición de ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes e intrusivos (obsesiones). El individuo intenta rechazar estos pensamientos obsesivos, ya sea mentalmente suprimiéndolos o ignorándolos o mediante la realización de conductas compulsivas o rituales repetitivos (compulsiones).
Aunque las temáticas más conocidas son las de limpieza o comprobación, hay muchos tipos de obsesiones diferentes, que van desde obsesionarse con la propia respiración hasta el miedo a hacer daño a alguien.
El TOC produce una merma en la calidad de vida de la persona, que está en constante lucha consigo misma, y suele interferir en su vida personal y en las relaciones con los demás.
El trastorno obsesivo compulsivo aparece con frecuencia asociado a otros trastornos. Los problemas más frecuentes que suelen acompañar al TOC son los siguientes: agorafobia, depresión, hipocondría, fobias, trastornos de la alimentación o abuso de sustancias o de alcohol, sentimientos de culpa y baja autoestima.
Causas
La causa del TOC parece ser una combinación de cierta predisposición biológica sumada a factores ambientales y psicológicos.
Los factores que pueden predisponer a la aparición del trastorno obsesivo compulsivo son los siguientes:
- Factores biológicos: Parece ser que anomalías en la química cerebral pueden predisponer a sufrir TOC.
- Factores ambientales: Una educación estricta o excesivamente exigente, traumas infantiles, estrés, etc.
- Variables de personalidad: Una moral demasiado rígida o una responsabilidad excesiva, el perfeccionismo, la auto-exigencia, la necesidad de mantener el control, la intolerancia a la incertidumbre son características frecuentes en las personas con TOC y otros trastornos de ansiedad.
- Creencias erróneas o pensamientos distorsionados: Confundir su pensamiento con la realidad: Pongamos un ejemplo: pensar que si piensa en hacerle daño a un ser querido es porque quiere hacerlo o puede llegar a hacerlo.
Síntomas
Los síntomas del trastorno obsesivo pueden incluir obsesiones y compulsiones:
Pensamientos obsesivos u obsesiones
Las obsesiones son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes que la persona considera intrusivos o inapropiados y que causan un intenso sufrimiento emocional. Normalmente en algún momento la persona reconoce que esas ideas son absurdas o irracionales pero no pueden evitarlas.
Las obsesiones pueden manifestarse de varias maneras:
- Miedos o temores obsesivos como el miedo a contaminarse o contraer una enfermedad.
- Impulsos obsesivos de carácter agresivo o sexual, por ejemplo el miedo a hacerle daño a un hijo o una imagen pornográfica recurrente.
- Ideas obsesivas como por ejemplo la obsesión por el paso del tiempo o escrúpulos religiosos.
- Dudas obsesivas como preguntarse a sí mismo si ha realizado un acto en concreto como por ejemplo cerrar la puerta con llave.
Compulsiones
Las compulsiones son actos motores o mentales que la persona lleva a cabo para intentar neutralizar la ansiedad que le produce el pensamiento obsesivo. Las compulsiones pueden ser:
- Conductas compulsivas como por ejemplo lavarse las manos, ordenar o comprobar que el gas está cerrado.
- Actos mentales como contar, rezar, analizar una conversación o repasar mentalmente un acontecimiento de manera continua y recurrente.
Tratamiento
El más efectivo para superar este trastorno es el que combina el tratamiento psicológico y el farmacológico.
Con el tratamiento psicológico se consigue que la persona se sienta dueña de su mente y de su vida y deje de ser esclava de sus pensamientos. Para ello se utiliza una o varias de las siguientes técnicas dependiendo del caso:
- Psicoterapia breve
- Técnicas cognitivo-conductuales
- Hipnosis
- Autohipnosis
- Regresión
- EMDR
- PNL
- EFT
- Relajación